viernes, 29 de julio de 2011
ద్రమతుర్గియా వై తెఅత్రో దెల సిగలో ఈ ఫెరియా దెల లిబ్రో దే కెరకాస్ 2011
Cuando Piscístrato, uno de los grandes e importantes Tiranos de Grecia -anterior al esplendor de la democracia de Pericles-, vio en acción a Tespis, esa especie de Rapsoda (cuenta cuentos) que andaba por el territorio con su Carromato, contando y cantando las historias de los Dioses y los Héroes griegos, se dio cuenta inmediatamente de la importancia de ese tipo de representaciones, de este tipo de actividades, para que los Hombres Libres de la Ciudad Estado exaltaran sus valores y se sintieran de un mismos pueblo, de un mismo sentir, al compartir las historias y las tragedias en las incurrían sus Héroes, sus nobles y sus Dioses, y cuyas fábulas se comportaban como enseñanzas a la comunidad, por lo que inmediatamente se trajo al rapsoda al centro de Atenas y Piscístrato propició el culto a ese tipo de representaciones, pues sintió que aleccionaba a los hombres de Atenas.
Ese parece ser el origen político de la aparición del Teatro dentro de la comunidad Ateniense, que da origen al teatro en el mundo occidental. Las Tragedias se presentaban a modo de tetralogías (representaciones teatrales en las que se exponían en grupos de tres Tragedias y una Comedia trágica) que se llevaban a cabo desde el amanecer hasta el ocaso y asistían a la representación todos los habitantes Libres de la Ciudad Estado y allí se exponían ideas y problemas que inquietaban tanto al Tirano como al Aerópago y la comunidad de hombre Libres, a través de sus poetas trágicos como Esquilo, Sófocles y Eurípides. Esos temas, problemas -y hasta errores sociales- eran los temas que se discutían hasta la saciedad y, curiosamente, gracias a estás representaciones de arte teatral, hasta se llegaban a grandes soluciones políticas.
Es como si en nuestra época quisiéramos hablar del ALBA y sus justas bondades –a pesar de los escépticos- y para eso contamos, a través del teatro, la historia de un humilde agricultor –un Pablo Pueblo cualquiera- que estuvo a punto de perder la posibilidad de producir y mercadear con sus cosechas de sus tierras, porque la política Continental le estaba forzando a dejar de sembrar y producir en sus tierras, para comprar sólo de las empresas que producían las más grandes cosechas mundiales, pero gracias a la férrea posición de nuestro presidente, este agricultor se salvó y además palpó que está a salvo de las ideas internacionales de rapiñar a los débiles para favorecer sólo a los que proponía el ALCA. Y advierto que el teatro podría servir en este momento para eso y para más que eso.
Poco después apareció la Comedia de Aristófanes, en las que con una gran dosis de sarcasmo se ponían en el tapete los errores y desagradables miserias de los conductores de los destinos de Atenas (Lo que le costó muy caro a este autor, como le sigue costando a los comediantes que tocan temas que el pudor de ciertos sectores no toleran. como en el caso de Jaime Garzón de Colombia asesinado supuestamente por paramilitares en 1999. El comediante y periodista tuvo gran popularidad, dirigió los programas televisivos "Zoociedad" y "Cuac", en los que imitaba a mandatarios, ministros y diplomáticos, y creó sus propios personajes, como el leguleyo corrupto "Godofredo Cínico Caspa", un universitario revoltoso de izquierda; el limpiabotas “Heriberto de la Calle” y muchos más. y cuyo crimen sigue impune)
Posteriormente Menandro hizo un tipo de comedia más amanerada y menos mordaz que dio pie a lo que se conoce como comedias domésticas en las que se presentaban situaciones familiares jocosas que reconocía y celebraba la comunidad.
Luego los románticos –con Nietzsche a la cabeza- aderezan diciendo que fueron con los cantos ditirámbicos y los rituales de los cultos al Dios Dionisos (Baco) y sus fiestas, que se propicia la aparición del teatro con características de competencia dentro de la ciudad (En las cuales se daban premios) y ameritó la construcción de los Teatrones, donde la ciudad entera asistía a las representaciones que se llevaban a cabo, pues allí era donde se trataban los temas con la que los habitantes discutían los grandes problemas de su tiempo, lo que les dejaba claro la razón política del teatro dentro de la sociedad, sin que por ello perdiera su poesía.
Desde entonces el Teatro es idea, son planteamientos sociales, con profundas notas documentales –adrede o no-, es controversia, es argumentación más que exposición, es posición frente a la historia, que no se cuenta sólo desde el punto de vista de los vencedores; que se cuenta a partir de unos seres que son impactados por los acontecimientos que los rodean y que cuentan las historias desde la poesía verosímil por un tiempo, aunque no sea veraz… pero si perspicaz.
El Teatro es de los pocos actos artísticos eminentemente humanos que se hace entre un grupo de seres vivos que crean ante los ojos de otros grupos de seres vivos, por lo que cada noche de la misma representación es otra noche, en la que se vuelve a exponer antes el público la problemática que se quiere tratar. Nora de casas de muñeca se va de su casa, abandona a su esposo y a sus hijos, pues necesita buscar una vida que se parezca a ella, porque está cansada de ser la muñeca de la casa, que primero le construyó su padre y luego le construyó su esposo (Elmer); Hamlet duda si se venga o no del hermano de su padre que ahora es el esposo de su madre y rey de un trono que le corresponde a él…; Edipo dice que quien sea responsable de la peste que hay en Tebas lo pagará muy caro, sin saber que ha sido él mismo; Luigi Pirandello pone a sus personajes a buscar a alguien que los interprete y los dirija y en Esperando a Godot, dos miserables seres esperan que venga un jefe que les va a ordenar la vida y nunca llega; en Tres Hermanas todas sienten nostalgia y sueñan con ir a otra tierra que no es donde viven ahora… todas son acciones que invitan a tomar posición frente a lo sucede… inevitablemente son posiciones políticas…
Cuando decimos política nos remitimos al concepto básico que dice que política es del griego: politikós, «ciudadano», «civil», «relativo al ordenamiento de la ciudad», es la actividad humana que tiende a gobernar o dirigir la acción del Estado en beneficio de la sociedad. Es el proceso orientado ideológicamente hacia la toma de decisiones para la consecución de los objetivos de un grupo que vive en comunidad, dentro de los mismos límites territoriales y /o culturales. O sea, una posición que toma el individuo propio de un lugar en pro, en contra, o neutra, de un planteamiento que afecte a la comunidad… y el teatro desde su actitud estética, anhelante de la belleza en todas sus aristas, como arte, tiene la capacidad de discutir esos grandes temas que afectan a la comunidad.
Sin embargo, en Venezuela, la actividad teatral de los últimos años se ha soltado inesperadamente de la supuesta responsabilidad de discutir ideas nuevas, de sondear planteamientos de tinte político, de propiciar la aparición de una generación comprometida con su tiempo, para no sólo divertir, sino para abrir la posibilidad de discusión entre los comunes, como se hizo en el siglo pasado con agrupaciones como Rajatabla, la Compañía Nacional de Teatro, El Centro de Directores para el Nuevo Teatro, el Teatro Nacional Juvenil, el Teatro Nacional Infantil, el Grupo Actoral 80, el Taller Experimental de Teatro… entre otros, a los que no le importó ser señalados como comprometidos, como resentidos, como marginal… como comunistoides, o peor aún, como pobres, por parte de un frívolo grupo naíf de la moda aspiracional nacional –como si ser pobre o hablar desde el resentimiento social en una sociedad para nada inclusiva como ahora, donde sólo tenían lugar y derecho los descendientes de los Amos Del Valle, era algo terriblemente malo, de lo que debía huir todo ser humano, para vivir en una especie de hedonismo aspiracional sin compromiso alguno con nadie ni nada que no fuera el frívolo goce sexual de los que vivían en un universo absolutamente en el que se aspiraba a ser como de Broadway y terminar siendo un vulgar Astrakán.
Pero las dificultades económicas y las agallas excesivas de una minoría que tenía acceso a las decisiones de los dineros del estado dirigido a la Escena Nacional, apagaron la llama de la etapa de Oro del Teatro Venezolano, para dar paso a un tipo de teatro frívolo, banal, intrascendente, chistosito, evasivo de las problemáticas, sin compromiso más que con la taquilla; en general mal hecho, sin ensayos; sin más temas que situaciones jocosas en la que el espectador se divierte, pero no porque nutre su intelecto con estos espectáculos, sino porque a lo mejor humedece su ropa interior; donde el público común está interesado en conocer los nuevos implantes de tal o cual actriz de telenovela o de qué tamaño tiene los pectorales o el bulto labial el actor de la telenovela de su preferencia, por encima de lo que yo llamo responsablemente la razón verdadera del rito teatral: Hablarle al hombre de nuestro tiempo, porque a mi juicio los dramaturgos somos como los vampiros de la sociedad que chupamos de las miserias para transformarlas en poesía y expresárselas de diversos modos al hombre de nuestro tiempo sin abandonar el goce estético.
Es con la falta de apoyo al teatro de autor (o de texto) que el teatro Eminentemente Comercial parece haberle ganado la batalla en cuanto a asistencia de público, al punto de que en este momento muy pocos productores se arriesgan a aportar sus capitales para las realizaciones de las piezas, como se hacía en otrora, con la excusa –un sofisma por supuesto- de que el teatro de autor no lleva espectadores en masa al teatro, como si esto fuera un indicador real del éxito de una obra de arte teatral... que a lo mejor fue poco asistida porque algunos planteamientos se adelantaban a las necesidades básicas de su tiempo y tocaban temas que inquietaba a cierta capa de la sociedad… sobre todo a la de 18 34 C/D que son los que realmente compran en el mercado sin importar que sea mierda lo que están consumiendo, con la excusa de que se están divirtiendo… como aquellos que fuman porque les calma el estrés aunque se estén suicidando.
La falta de mística y de comprensión estética en el teatro exclusivamente comercial en las salas caraqueñas ha llegado a tal punto, por la confusión de que es una actividad exclusivamente mercantil y no un hecho artístico, que un conocido actor, de esos a los que van muchos a ver en sus comedias, me propuso -en el montaje de unas de mis piezas- que le buscara un doble (un cover) y montara la pieza con ese doble y el venía dos días antes del estreno y montaba todo para estrenar… ¿qué tal? Me pregunto ¿Qué le habría dicho Carlos Giménez en un caso como este? Cuando los actores de Rajatabla llegaban –en el tiempo en el que fui su asistente de dirección- dos horas “mínimo” antes al ensayo a vestirse para proponerle a Carlos y sus creativos sus visiones sobre los personajes… ¿Dónde se extravió esta magia?
Muchos podrían esconderse detrás de las especulaciones de los sociólogos, o los boquiflojas que dicen que el teatro -como arte- no aparece hasta que, la comunidad en la que se va a dar, ha solucionado sus problemas de comida, sus asuntos ideológicos y su ausencia de vivienda; y a mi juicio esta parece ser una explicación muy cómoda, sobre todo entendiendo el nivel teatral que tenía Venezuela en la segunda mitad del siglo XX, hasta la muerte de nuestro maestro Carlos Giménez y la salida de José Antonio Abreu del antiguo CONAC; lo que hizo que comenzara a desaparecer el apoyo con el que mucho hombre de teatro contemporáneo pudo convertirse en un verdadero teatrero, en las décadas de los 70, 80 y mediados de los 90’s, a las que podemos llamar sin temor a equivocarnos, las décadas de Oro del Teatro Nacional en Venezuela, hasta la llegada del señor Farruco Sexto, que nos citó en una oportunidad al teatro de la Biblioteca Nacional para decirnos que no entendía a la gente del teatro en Venezuela y que los proyectos de nuestras agrupaciones teatrales eran proyectos personales… y los subsidios desaparecieron y el teatro se quedó huérfano otra vez… ¿Me pregunto si le habrá dicho algo similar a los artistas plásticos y a los músicos… o a los poetas? Un proyecto personal… y somos el arte más social que existe.
Por otra parte las salas más concurridas en la actualidad quedan ahora del lado Este de la Gran Caracas que no corresponde al Municipio Libertador, porque a pesar de los intentos de Rajatabla y Fundarte, con sus concursos de dramaturgia y la inauguración de la sala del Teatro Principal, la reapertura del Teatro Nacional y la existencia del Nuevo Circo, no existen otras políticas claras, coherentes -ni a toda vista concretas- para estimular el desarrollo de salas no convencionales, atractivas y seguras del lado de este Municipio, que no sólo estimule la presentación de espectáculos teatrales, sino que inciten la creación del estudio del proceso de pre producción, producción y post producción de la obra de arte teatral y en esto incluyo desde la dramaturgia hasta el pago de los aranceles que desangran a las pobres producciones sin piedad y cuando uno se queja le preguntan que para qué entonces uno hace teatro… ¡!
Los intentos , a mi juicio, siguen siendo intentos muy débiles y la sala del Teatro Principal y la reapertura de El Teatro Nacional son en realidad como pañitos de agua fresca ante la verdadera necesidad que tenemos los hombres y mujeres de teatro de este Municipio, porque yo soy del Municipio Libertador y no quisiera estar zanqueando a otros municipios a presentar mis obras para que vaya gente, porque no hay salas dónde presentarse de este lado, o las condiciones no son idóneas , o los impuestos nos desangran sin importarles que esto no es un show de Ricky Martin; o los que administran las salas de este lado de la ciudad no les gusta prestársela a los que no tenemos, porque se creen dueños de las salas… y como le dijo una coordinadora de sala a una de mis estudiantes del Pedagógico de Caracas “aquí sólo se presentan los que se forman en esta sala y la gente de la familia”. Y me pregunto si acaso este tipo de miserias, entre nosotros mismos, no son las que han dibujado este panorama donde el teatro exclusivamente comercial le está ganando la partida al teatro de autor .
Yol espero que una conciencia más equitativa y mucho más comprensiva nos vuelva a permitir a los teatreros nacionales volver a contar en buenos espacios con nuestras piezas de teatro sobre las cuales se van a volver las miradas cuando se estudie nuestro controversial inicio de siglo, desde nuestro Municipio, que se ha jactado siempre de tener los mejores teatreros del país y permitamos que las piezas de Cogoyo, de Gennys Pérez, De Rosa Clemente, de Mario Sudano, de Juan Ramón Pérez, de Valentina Cabrera, de Danielito Jiménez, de Hugo Pagés, de Paúl Salazar, de Nelly Villegas, de Ximena Zapata, de Julio César Castro, de Gigi Kurz (por nombrar sólo algunos de los promisorios dramaturgos “venezolanitos” de este siglo que casi nadie conoce, porque algunos de ellos ni si quiera han contado con la oportunidad de una edición de alguna de sus obras), que se unen a nosotros en el coro de palabras para el teatro -a pesar de que algún crítico oportunista nos ignore- y finalmente puedan verse con vigor, con buenas producciones nuestras obras mientras ayudamos al espectador común a salir de la posición absurda de querer ir sólo al teatro a reír de tonterías y de las vulgaridades de los astrakanes que se muestran con orgullo, para evasión de la comunidad y que son muy rentables económicamente, porque nadie garantiza que una pieza con una taquilla full sea un espectáculo exitoso, socialmente importante, moralmente cónsono con nuestro tiempo, que le hable a la sociedad de asuntos que realmente importantes en la actualidad, sin que sea la exclusiva contemplación Romántica y hasta fastidiosa de algunos hechos de la historia, solamente porque está de moda la historia venezolana, a pesar de sus múltiples equivocaciones.
Lo que se desea es el apoyo necesario para volver a poner sobre el tapete las ideas que nos pueden ayudar a fortalecernos como sociedad y no tener que sentir que en Venezuela el teatro Exclusivamente Comercial le está ganando la partida a nuestro Teatro de Autor y poder confirmar nuevamente con orgullo que “somos herederos de los magos y nuestras vidas están hechas con los mismos hilos de los sueños”.
Y como Jean Paul Sartre nos ha dicho:
“No se trabaja en el teatro para ganarse la vida,
se trabaja para mentir,
para mentirse a sí mismo,
para ser lo que no se puede ser,
y porque se está harto de ser lo que se es.
Representa uno para no conocerse
y porque se conoce demasiado.
Se hacen papeles de héroe,
porque uno es un cobarde;
y papeles de santo porque es uno un malvado (…)
Se representa porque es uno un embustero de nacimiento,
porque se ama la verdad
y se le detesta.
Representa uno porque si no enloquecería...
Y concluiría diciéndole al Teatro de Evasión, denominado Teatro Exclusivamente Comercial, que piensa que el teatro es un negocio para lucrarse:
Vuélvanse ustedes a sus casas
a contar sus monedas de oro,
y déjenos a nosotros contar
nuestras monedas de cartón.”
Y advierto, al respecto no cojo línea de nadie…
Gracias.
César Eduardo Rojas Márquez.
Ese parece ser el origen político de la aparición del Teatro dentro de la comunidad Ateniense, que da origen al teatro en el mundo occidental. Las Tragedias se presentaban a modo de tetralogías (representaciones teatrales en las que se exponían en grupos de tres Tragedias y una Comedia trágica) que se llevaban a cabo desde el amanecer hasta el ocaso y asistían a la representación todos los habitantes Libres de la Ciudad Estado y allí se exponían ideas y problemas que inquietaban tanto al Tirano como al Aerópago y la comunidad de hombre Libres, a través de sus poetas trágicos como Esquilo, Sófocles y Eurípides. Esos temas, problemas -y hasta errores sociales- eran los temas que se discutían hasta la saciedad y, curiosamente, gracias a estás representaciones de arte teatral, hasta se llegaban a grandes soluciones políticas.
Es como si en nuestra época quisiéramos hablar del ALBA y sus justas bondades –a pesar de los escépticos- y para eso contamos, a través del teatro, la historia de un humilde agricultor –un Pablo Pueblo cualquiera- que estuvo a punto de perder la posibilidad de producir y mercadear con sus cosechas de sus tierras, porque la política Continental le estaba forzando a dejar de sembrar y producir en sus tierras, para comprar sólo de las empresas que producían las más grandes cosechas mundiales, pero gracias a la férrea posición de nuestro presidente, este agricultor se salvó y además palpó que está a salvo de las ideas internacionales de rapiñar a los débiles para favorecer sólo a los que proponía el ALCA. Y advierto que el teatro podría servir en este momento para eso y para más que eso.
Poco después apareció la Comedia de Aristófanes, en las que con una gran dosis de sarcasmo se ponían en el tapete los errores y desagradables miserias de los conductores de los destinos de Atenas (Lo que le costó muy caro a este autor, como le sigue costando a los comediantes que tocan temas que el pudor de ciertos sectores no toleran. como en el caso de Jaime Garzón de Colombia asesinado supuestamente por paramilitares en 1999. El comediante y periodista tuvo gran popularidad, dirigió los programas televisivos "Zoociedad" y "Cuac", en los que imitaba a mandatarios, ministros y diplomáticos, y creó sus propios personajes, como el leguleyo corrupto "Godofredo Cínico Caspa", un universitario revoltoso de izquierda; el limpiabotas “Heriberto de la Calle” y muchos más. y cuyo crimen sigue impune)
Posteriormente Menandro hizo un tipo de comedia más amanerada y menos mordaz que dio pie a lo que se conoce como comedias domésticas en las que se presentaban situaciones familiares jocosas que reconocía y celebraba la comunidad.
Luego los románticos –con Nietzsche a la cabeza- aderezan diciendo que fueron con los cantos ditirámbicos y los rituales de los cultos al Dios Dionisos (Baco) y sus fiestas, que se propicia la aparición del teatro con características de competencia dentro de la ciudad (En las cuales se daban premios) y ameritó la construcción de los Teatrones, donde la ciudad entera asistía a las representaciones que se llevaban a cabo, pues allí era donde se trataban los temas con la que los habitantes discutían los grandes problemas de su tiempo, lo que les dejaba claro la razón política del teatro dentro de la sociedad, sin que por ello perdiera su poesía.
Desde entonces el Teatro es idea, son planteamientos sociales, con profundas notas documentales –adrede o no-, es controversia, es argumentación más que exposición, es posición frente a la historia, que no se cuenta sólo desde el punto de vista de los vencedores; que se cuenta a partir de unos seres que son impactados por los acontecimientos que los rodean y que cuentan las historias desde la poesía verosímil por un tiempo, aunque no sea veraz… pero si perspicaz.
El Teatro es de los pocos actos artísticos eminentemente humanos que se hace entre un grupo de seres vivos que crean ante los ojos de otros grupos de seres vivos, por lo que cada noche de la misma representación es otra noche, en la que se vuelve a exponer antes el público la problemática que se quiere tratar. Nora de casas de muñeca se va de su casa, abandona a su esposo y a sus hijos, pues necesita buscar una vida que se parezca a ella, porque está cansada de ser la muñeca de la casa, que primero le construyó su padre y luego le construyó su esposo (Elmer); Hamlet duda si se venga o no del hermano de su padre que ahora es el esposo de su madre y rey de un trono que le corresponde a él…; Edipo dice que quien sea responsable de la peste que hay en Tebas lo pagará muy caro, sin saber que ha sido él mismo; Luigi Pirandello pone a sus personajes a buscar a alguien que los interprete y los dirija y en Esperando a Godot, dos miserables seres esperan que venga un jefe que les va a ordenar la vida y nunca llega; en Tres Hermanas todas sienten nostalgia y sueñan con ir a otra tierra que no es donde viven ahora… todas son acciones que invitan a tomar posición frente a lo sucede… inevitablemente son posiciones políticas…
Cuando decimos política nos remitimos al concepto básico que dice que política es del griego: politikós, «ciudadano», «civil», «relativo al ordenamiento de la ciudad», es la actividad humana que tiende a gobernar o dirigir la acción del Estado en beneficio de la sociedad. Es el proceso orientado ideológicamente hacia la toma de decisiones para la consecución de los objetivos de un grupo que vive en comunidad, dentro de los mismos límites territoriales y /o culturales. O sea, una posición que toma el individuo propio de un lugar en pro, en contra, o neutra, de un planteamiento que afecte a la comunidad… y el teatro desde su actitud estética, anhelante de la belleza en todas sus aristas, como arte, tiene la capacidad de discutir esos grandes temas que afectan a la comunidad.
Sin embargo, en Venezuela, la actividad teatral de los últimos años se ha soltado inesperadamente de la supuesta responsabilidad de discutir ideas nuevas, de sondear planteamientos de tinte político, de propiciar la aparición de una generación comprometida con su tiempo, para no sólo divertir, sino para abrir la posibilidad de discusión entre los comunes, como se hizo en el siglo pasado con agrupaciones como Rajatabla, la Compañía Nacional de Teatro, El Centro de Directores para el Nuevo Teatro, el Teatro Nacional Juvenil, el Teatro Nacional Infantil, el Grupo Actoral 80, el Taller Experimental de Teatro… entre otros, a los que no le importó ser señalados como comprometidos, como resentidos, como marginal… como comunistoides, o peor aún, como pobres, por parte de un frívolo grupo naíf de la moda aspiracional nacional –como si ser pobre o hablar desde el resentimiento social en una sociedad para nada inclusiva como ahora, donde sólo tenían lugar y derecho los descendientes de los Amos Del Valle, era algo terriblemente malo, de lo que debía huir todo ser humano, para vivir en una especie de hedonismo aspiracional sin compromiso alguno con nadie ni nada que no fuera el frívolo goce sexual de los que vivían en un universo absolutamente en el que se aspiraba a ser como de Broadway y terminar siendo un vulgar Astrakán.
Pero las dificultades económicas y las agallas excesivas de una minoría que tenía acceso a las decisiones de los dineros del estado dirigido a la Escena Nacional, apagaron la llama de la etapa de Oro del Teatro Venezolano, para dar paso a un tipo de teatro frívolo, banal, intrascendente, chistosito, evasivo de las problemáticas, sin compromiso más que con la taquilla; en general mal hecho, sin ensayos; sin más temas que situaciones jocosas en la que el espectador se divierte, pero no porque nutre su intelecto con estos espectáculos, sino porque a lo mejor humedece su ropa interior; donde el público común está interesado en conocer los nuevos implantes de tal o cual actriz de telenovela o de qué tamaño tiene los pectorales o el bulto labial el actor de la telenovela de su preferencia, por encima de lo que yo llamo responsablemente la razón verdadera del rito teatral: Hablarle al hombre de nuestro tiempo, porque a mi juicio los dramaturgos somos como los vampiros de la sociedad que chupamos de las miserias para transformarlas en poesía y expresárselas de diversos modos al hombre de nuestro tiempo sin abandonar el goce estético.
Es con la falta de apoyo al teatro de autor (o de texto) que el teatro Eminentemente Comercial parece haberle ganado la batalla en cuanto a asistencia de público, al punto de que en este momento muy pocos productores se arriesgan a aportar sus capitales para las realizaciones de las piezas, como se hacía en otrora, con la excusa –un sofisma por supuesto- de que el teatro de autor no lleva espectadores en masa al teatro, como si esto fuera un indicador real del éxito de una obra de arte teatral... que a lo mejor fue poco asistida porque algunos planteamientos se adelantaban a las necesidades básicas de su tiempo y tocaban temas que inquietaba a cierta capa de la sociedad… sobre todo a la de 18 34 C/D que son los que realmente compran en el mercado sin importar que sea mierda lo que están consumiendo, con la excusa de que se están divirtiendo… como aquellos que fuman porque les calma el estrés aunque se estén suicidando.
La falta de mística y de comprensión estética en el teatro exclusivamente comercial en las salas caraqueñas ha llegado a tal punto, por la confusión de que es una actividad exclusivamente mercantil y no un hecho artístico, que un conocido actor, de esos a los que van muchos a ver en sus comedias, me propuso -en el montaje de unas de mis piezas- que le buscara un doble (un cover) y montara la pieza con ese doble y el venía dos días antes del estreno y montaba todo para estrenar… ¿qué tal? Me pregunto ¿Qué le habría dicho Carlos Giménez en un caso como este? Cuando los actores de Rajatabla llegaban –en el tiempo en el que fui su asistente de dirección- dos horas “mínimo” antes al ensayo a vestirse para proponerle a Carlos y sus creativos sus visiones sobre los personajes… ¿Dónde se extravió esta magia?
Muchos podrían esconderse detrás de las especulaciones de los sociólogos, o los boquiflojas que dicen que el teatro -como arte- no aparece hasta que, la comunidad en la que se va a dar, ha solucionado sus problemas de comida, sus asuntos ideológicos y su ausencia de vivienda; y a mi juicio esta parece ser una explicación muy cómoda, sobre todo entendiendo el nivel teatral que tenía Venezuela en la segunda mitad del siglo XX, hasta la muerte de nuestro maestro Carlos Giménez y la salida de José Antonio Abreu del antiguo CONAC; lo que hizo que comenzara a desaparecer el apoyo con el que mucho hombre de teatro contemporáneo pudo convertirse en un verdadero teatrero, en las décadas de los 70, 80 y mediados de los 90’s, a las que podemos llamar sin temor a equivocarnos, las décadas de Oro del Teatro Nacional en Venezuela, hasta la llegada del señor Farruco Sexto, que nos citó en una oportunidad al teatro de la Biblioteca Nacional para decirnos que no entendía a la gente del teatro en Venezuela y que los proyectos de nuestras agrupaciones teatrales eran proyectos personales… y los subsidios desaparecieron y el teatro se quedó huérfano otra vez… ¿Me pregunto si le habrá dicho algo similar a los artistas plásticos y a los músicos… o a los poetas? Un proyecto personal… y somos el arte más social que existe.
Por otra parte las salas más concurridas en la actualidad quedan ahora del lado Este de la Gran Caracas que no corresponde al Municipio Libertador, porque a pesar de los intentos de Rajatabla y Fundarte, con sus concursos de dramaturgia y la inauguración de la sala del Teatro Principal, la reapertura del Teatro Nacional y la existencia del Nuevo Circo, no existen otras políticas claras, coherentes -ni a toda vista concretas- para estimular el desarrollo de salas no convencionales, atractivas y seguras del lado de este Municipio, que no sólo estimule la presentación de espectáculos teatrales, sino que inciten la creación del estudio del proceso de pre producción, producción y post producción de la obra de arte teatral y en esto incluyo desde la dramaturgia hasta el pago de los aranceles que desangran a las pobres producciones sin piedad y cuando uno se queja le preguntan que para qué entonces uno hace teatro… ¡!
Los intentos , a mi juicio, siguen siendo intentos muy débiles y la sala del Teatro Principal y la reapertura de El Teatro Nacional son en realidad como pañitos de agua fresca ante la verdadera necesidad que tenemos los hombres y mujeres de teatro de este Municipio, porque yo soy del Municipio Libertador y no quisiera estar zanqueando a otros municipios a presentar mis obras para que vaya gente, porque no hay salas dónde presentarse de este lado, o las condiciones no son idóneas , o los impuestos nos desangran sin importarles que esto no es un show de Ricky Martin; o los que administran las salas de este lado de la ciudad no les gusta prestársela a los que no tenemos, porque se creen dueños de las salas… y como le dijo una coordinadora de sala a una de mis estudiantes del Pedagógico de Caracas “aquí sólo se presentan los que se forman en esta sala y la gente de la familia”. Y me pregunto si acaso este tipo de miserias, entre nosotros mismos, no son las que han dibujado este panorama donde el teatro exclusivamente comercial le está ganando la partida al teatro de autor .
Yol espero que una conciencia más equitativa y mucho más comprensiva nos vuelva a permitir a los teatreros nacionales
Lo que se desea es el apoyo necesario para volver a poner sobre el tapete las ideas que nos pueden ayudar a fortalecernos como sociedad y no tener que sentir que en Venezuela el teatro Exclusivamente Comercial le está ganando la partida a nuestro Teatro de Autor y poder confirmar nuevamente con orgullo que “somos herederos de los magos y nuestras vidas están hechas con los mismos hilos de los sueños”.
Y como Jean Paul Sartre nos ha dicho:
“No se trabaja en el teatro para ganarse la vida,
se trabaja para mentir,
para mentirse a sí mismo,
para ser lo que no se puede ser,
y porque se está harto de ser lo que se es.
Representa uno para no conocerse
y porque se conoce demasiado.
Se hacen papeles de héroe,
porque uno es un cobarde;
y papeles de santo porque es uno un malvado (…)
Se representa porque es uno un embustero de nacimiento,
porque se ama la verdad
y se le detesta.
Representa uno porque si no enloquecería...
Y concluiría diciéndole al Teatro de Evasión, denominado Teatro Exclusivamente Comercial, que piensa que el teatro es un negocio para lucrarse:
Vuélvanse ustedes a sus casas
a contar sus monedas de oro,
y déjenos a nosotros contar
nuestras monedas de cartón.”
Y advierto, al respecto no cojo línea de nadie…
Gracias.
César Eduardo Rojas Márquez.
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