La Perspectiva Histórica del Teatro de César Rojas
A través de las piezas el teatro de César Rojas (Más de sesenta piezas escritas y en proceso) descubrimos a un dramaturgo curioso por la manera en la que los acontecimientos históricos, vinculados con las costumbres y cultura de un tiempo, modifican las historias particulares y límites de sus personajes.
Los vínculos que César crea y recrea, como dramaturgo, entre la historia en la que ubica sus obras y sus personajes, obligan (a sus personajes) a reaccionar, a accionar, a enfrentarse a su tiempo y a la vida de modos muy particulares y hasta diferentes a los que la convención dicta, por lo que podríamos pensar que sus personajes son unos rebeldes.
El vínculo de sus piezas de teatro con la Historia hace que estos personajes reaccionen desobedeciendo, o resignándose, protestando y hasta errando en sus decisiones ante los Paradigmas Impuestos por la sociedad, por los que se guían los pueblos y tiempos a los que hace referencia y a los que pertenecen sus personajes.
Piezas de Teatro estrenadas por César Rojas, para ejemplificar La Perspectiva Histórica de su Teatro
1. En la farsa Los Alfareros (Publicada por Fundarte) M y C se han quedado encerrados en la casa de Timotes (Un pueblo de los andes venezolanos que Rojas utiliza como Némesis, de donde vienen huyendo o van huyendo sus personajes) y esta casa se expresa como una especie de Purgatorio del que no tienen escapatoria y allí repiten todos los días lo mismo, a modo de protesta por el tormento del que han sido objeto en vida por culpa de la madre de M y abuela de C, que los atormentó con los parámetros de moral y buenas costumbres de una época hipócrita de la sociedad venezolana.
2. En la farsa Las Puntas del Triángulo (Publicada por Fundarte), la reacción de Júnior ante el fracaso de su familia como célula fundamental de la sociedad, hacia finales del siglo XX, le hace crear e intentar otro modo de organización familiar con Laura y Francisco (ambos sus amantes), diferente al modo de organización familiar tradicional y ajustados a su brío y apetito sexual, pero luego la llegada de su atormentada y fracasada madre destruye su relación y no le queda otra alternativa que recordar el tiempo en el que fue feliz con lo que el consideró su familia elegida.
3. En el Melodrama El Regreso, La Historia de una Espera (Premio Municipal de teatro ’92 /Publicada por Fundarte), Lorenza, hija de Mario Patiño -el director musical de la banda de la Policía de Caracas-, aguarda el regreso de su novio Inocente Carreño, entre el final de la dictadura venezolana y el inicio de la Democracia Nacional, mientras ve cómo su historia de amor se repite de manera trágica en su hermanita Lucia y de manera exitosa en su prima Isabela, hasta que Betancourt es acusado de robo al tesoro de la nación y él aparece ante los medio de comunicación, diciendo que el no ha tocado los dineros de la nación y que se le quemen las manos –en nombre de Dios- si lo hizo. Pocos días después le hacen un atentado al Presidente en el paseo Los Ilustres y lo único que se le quema son las manos… y Lorenza se da cuenta que ningún amor es eterno, ni verdadero y cuando Inocente y viene a buscarla para que se case con él la respuesta de Lorenza es “A Betancourt se le quemaron las manos” y no se casa con él.
4. En Como en las Películas de Hollywood, Rojas, en un muy serio tono de comedia de situaciones, realiza un espectáculo para reírse de las aspiraciones del hombre venezolano que encubierto por su frivolidad y su falso “savoir faire” pretende ser como de Hollywood y termina siempre siendo como un ridículo y cursi sainete venezolano.
5. En Los Pantalones Al Revés (Publicada por Fundarte), Dirigida por Luis Moro, habla desde la furia de un grupo de adolescentes violados cuando van a patinar a Los Próceres (Paseo Los Ilustres), los cuales -en un acto de venganza contra la incomprensión adulta- se roban las presuntas cenizas de Simón Bolívar del Panteón Nacional y cuando abren el envase funerario, en un intento para que la inocencia perdida regrese, sólo encuentran un papelito que sarcásticamente les dice: ¡¡Buh!!
6. En el drama Goya, Razones para el Exilio de un Artista, mientras hace su versión de la biografía del pintor español que tuvo que huir a Burdeos –Francia- antes de que la Santa Inquisición lo acusara públicamente de hereje y lo aniquilara, César Rojas hace una de sus más grandes reflexiones sobre el artista de nuestro tiempo y nos va diciendo por qué la juventud venezolana quieren irse del país y no regresar más.
7. En la farsa Definiciones de Perra, habla -en tono de farsa- del mercado de la Telenovela Venezolana y descubre ante nuestros ojos, algunos de los más grandes secretos y errores de la industria las telenovelas latinoamericanas contemporáneas, una de las industrias que solapadamente gana una de las cantidades de dinero más grandes del país, el continente y el mundo, equiparada – “en secreto en nuestro para el común de los habitantes de nuestro país”- a la industria petrolera.
8. En La Disculpa, habla de la homofobia en el siglo XXI, de la adopción de niños por parte de parejas homosexuales, de la tolerancia ante la aparición en nuestra sociedad de otras alternativa de organización familiar diferentes a la tradicional y de la capacidad de recapacitar de la sociedad que se presenta como promisoria amenaza ante un estilo y alternativa de vida diferente al tradicional.
Conclusión
No estoy totalmente seguro, pero creo que -ningún dramaturgo serio- crea sus piezas sin pensar en la perspectiva temporal de sus historias, en su ubicación, en los éxitos, miedos, pudores, aberraciones y temores de la época en el que van a vivir esos personajes que van a confrontar una calamidad, un impacto que les cambiará el rumbo de sus vidas y que invitará a disfrutar y al mismo tiempo a pensar al espectador sobre su realidad, porque “eso es lo que nos acerca a Dios, porque somos dueños y tomamos decisiones del tiempo en el que van a ocurrir los acontecimientos”, como dice mi amigo Guillermo Schmidhubert de la Mora, de México, en muchos de sus textos.
En mi caso, yo asumo la Perspectiva Histórica como una responsabilidad ineludible, hasta cuando hablo de atemporalidad estoy decidiendo dónde es que ocurren los acontecimientos que le da un plus al toque Estético hecho para la diversión del espectador; por eso investigo, miro, pregunto, siento, pruebo, convivo, amo, odio y trato de develar secretos que han quedado ocultos por nuestros deficientes historiadores, porque –a mi juicio- el teatro es otro modo de contar la historia de la humanidad –no sólo desde los triunfadores- y pienso que los dramaturgos somos como los vampiros que chupamos de las miserias y el excremento de nuestros tiempos, para digerirlo y mostrárselo al público, como una vez hizo Esquilo, Sófocles, Eurípides o Aristófanes (a quien le costó la vida), quizá buscando la reflexión que lleve a la felicidad de nuestras sociedades y para eso se necesita la perspectiva histórica del dramaturgo y una posición política ante los acontecimientos bien clara… y es el ego, nuestra capacidad de argumentar y el convencimiento de que sí podemos ayudar a mejorar las condiciones, relaciones y calidad de vida a nuestros comunes, lo que nos mantiene vivos, atentos, contestatarios, provocadores y ardientes como teas. Por lo que repito con pasión desde este que es mi tiempo: “Soy Herederos de los Magos y mi vida está hecha con los mismos hilos de los sueños” y “no se puede enseñar con amor el Teatro, por mucha pedagogía que se haya estudiado, si no se ama y se vive primero el Teatro”.
César Eduardo Rojas Márquez
domingo, 10 de julio de 2011
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