EL PREFACIO
AL ENTRAR EL PÚBLICO SE ENCUENTRA CON UN ESPACIO EN TINIEBLAS DIVIDIDO POR PERSIANAS. AL FONDO UNA LUZ NOS DESCUBRE LAS FOTOGRAFÍAS DE LAURA, JUNIOR Y FRANCISCO. LA SALA QUEDA A OSCURAS. SÓLO ESCUCHAMOS LA VOZ DE JUNIOR.
JUNIOR:
“Hoy me estoy acordando de lo nuestro”. Escribo estas palabras en el mismo lecho que compartimos, en el mismo cuarto del apartamento que queda tan lejos de todas partes y servía de refugio cuando teníamos hambre o no sentíamos exiliados. Donde nos acurrucamos absortos frente al televisor blanco y negro que nos informaba del exterior... Aunque hace mucho que no son los mismos cuerpos, todavía coloco mi cabeza en las mismas almohadas que abrazo cuando tengo miedo. Cuando esto me pasa, la razón parece negarme una razón satisfactoria de la ausencia... Me hacen falta... los extraño... Ya no los odio... Aún tengo los mismos muebles, los platos que compramos con el primer sueldo que ganamos, los mismos tenedores, cuchillos, cucharillas, el mantel, no he cambiado mi cepillo de dientes y aún escribo hasta tarde en la máquina mecánica aunque tengo una eléctrica. A veces me levanto y hasta me culpo de no tenerlos aquí. Otras, me persuado de que era lo más justo y lo mejor para los tres... Esta mañana, iba caminando sin pensar en nada, en nadie, en blanco. Cegado por los rayos del sol que estallaban en el concreto miré hacia la grama... tres muchachos estaban sentados muy juntos. La muchacha le habló al mayor y de pronto se levantaron en una especie de danza desenfrenada como la que hicimos nosotros cuando decidimos vivir de este modo y nos fuimos al parque a jugar a los intérpretes... Me quedé mirando, estático, sin poder volver la mirada... suspiré profundamente y las lagrimas saltaron de mis ojos y corrieron por mi cara hasta ahogarme... Ellos se dieron cuenta. Me miraron un momento y se fueron corriendo y jugando sin volver a mirar atrás... eran tres... Tres... qué hermoso número... pecaminoso como la vida... como ustedes dos conmigo... Uno viendo y la otra revolcándose conmigo en la vida, o al revés... o todos juntos. Los deseo como antes... Mi animal me perturba cuando los recuerdo y me doy cuenta que sin explicación tengo hambre de ustedes, sin vergüenza, porque sí... y aunque he seguido adelante sin ustedes... hoy me estoy acordando de lo nuestro.
FIN DEL PREFACIO. COMIENZA LA ACCIÓN DEL RECUERDO. LUZ PARA LA EVOLUCIÓN DE LOS PERSONAJES EN EL ESPACIO QUE ES COMO UN TABLERO DE AJEDREZ.
I
HUEVAS DE LOMPO
CARACAS. ÉPOCA ACTUAL. APARTAMENTO DE TRES HABITACIONES. DECORADO INFORMAL PERO CON BUEN GUSTO. LOS CUADROS DEL PISO SERÁN COMO UN TABLERO DE AJEDREZ DONDE JUNIOR JUGARÁ CON LOS PERSONAJES. AL ILUMINARSE EL ESPACIO DESCUBRIMOS A FRANCISCO REPITIENDO ESCALAS EN LA GUITARRA SENTADO EN UNA SILLA DE LA SALA, SUS 22 AÑOS SE DEJAN VER EN CADA DETALLE DE SU CUERPO. VISTE DEPORTIVO PERO CON GLAMOUR. SUS ROPAS NOS DEJAN ADIVINAR SU CUERPO. LLEGA LAURA. VISTE MUY ELEGANTE. FRANCISCO NO LE PRESTA ATENCIÓN. ELLA DEJA CAER LAS LLAVES AL PISO PARA HACERSE NOTAR PERO FRANCISCO SIGUE SUS ESCALAS SIN MIRARLA SIQUIERA. LAURA VA AL BAR Y SE SIRVE AGUA. DEJA EL VASO EN LA MESITA DE LA SALA Y DESPUÉS DE VARIOS INTENTOS POR HACERSE NOTAR SE SIENTA MOLESTA Y SE QUITA LOS ZAPATOS. SILENCIO. A FRANCISCO LE CAUSA GRACIA LA ACTITUD DE LAURA. SE SONRÍE. DEJA LA GUITARRA. SE LEVANTA. VA A LA MESITA Y BEBE DEL VASO DE LAURA, JUNIOR LEE.
LAURA:
No te la tomes toda, por favor.
FRANCISCO: (DEJA DE BEBER)
Así te ves más... hermosa.
FRANCISCO DEJA EL VASO EN LA MESITA Y SE DIRIGE A LA SILLA DONDE DEJA LA GUITARRA.
LAURA:
¿Quieres irte a tocar guitarra a tu cuarto?.
FRANCISCO:
Estoy ensayando, no tocando...
LAURA:
¿Cuál es la diferencia?.
FRANCISCO:
Se toca por placer. Se ensaya para que produzca placer cuando se toca.
LAURA: (CON SARCASMO)
¡Ah! Por eso nunca tocas...
FRANCISCO: (EN EL MISMO TONO)
No; lo que pasa es que creo que perdí el interés de tocar para ti.
LAURA:
Dudo que hayas tocado como se debe alguna vez para alguien.
FRANCISCO:
No; pasa que soy selectivo.
LAURA:
Ojalá fuera cierto.
LAURA COMIENZA A MOVER LOS MUEBLES PARA MOLESTAR A FRANCISCO.
FRANCISCO:
Por supuesto que lo es. (SE LLEVA SU SILLA A OTRO LUGAR)
LAURA:
Eres el prosti-musical más selectivo que conozco.
FRANCISCO:
Soy la única persona que conoces que ejecuta el instrumento como se debe, porque, salvo esos “actorcitos de segunda” que pretenden ser cantantes, dudo que conozcas alguien que ejecute el instrumento como lo hago yo. (HACE ESCALAS CON LA GUITARRA).
LAURA:
No, si yo no dudo que tú ejecutes bien el instrumento. Lo único que lamento es que hasta sin mis amigos “actorcitos de segunda” me voy a quedar. Los pobres salen atormentados de esta casa, me piden que no los invite más cuando tú estés... porque te habrás dado cuenta que te escuchan pegar esos lecos locos desafinados sin reírse en tu cara solo por decencia.
LAURA LE QUITA LA GUITARRA A LA FUERZA A FRANCISCO.
FRANCISCO: (HERIDO EN SU AMOR PROPIO)
Dame la guitarra.
LAURA:
Si te vas a tu cuarto.
FRANCISCO:
Dámela, esa guitarra no es tuya.
LAURA:
Lamentablemente, porque ya la hubiera vendido o regalado para no escucharte más.
FRANCISCO VUELVE EL MUEBLE A SU LUGAR CON FURIA. LAURA PASA MUY CERCA DE ÉL CON LA GUITARRA EN LAS MANOS. FRANCISCO LA SIGUE PARA QUITÁRSELA. LAURA CORRE, SE SIENTA EN LA SILLA DE LA ESQUINA IZQUIERDA POSTERIOR Y FRANCISCO LE ARRANCA LA GUITARRA. CONGELADO. JUNIOR SE RÍE Y SIGUE LA LECTURA.
FRANCISCO:
Dame.
FRANCISCO VUELVE A LA SILLA DONDE ESTABA. HACE ALGUNAS ESCALAS. LAURA LEVANTA LA SILLA DONDE ESTABA SENTADA Y LA TIRA CON RABIA, SE SIENTA EN EL MUEBLE.
FRANCISCO: (DEJANDO DE TOCAR LA GUITARRA)
No sé por qué estas tan agresiva.
LAURA:
Hoy fue el estreno de la obra de Junior.
FRANCISCO:
Yo fui al ensayo general.
LAURA:
Pero el estreno fue hoy.
FRANCISCO:
... Y te dio rabia ver a esos estúpidos que lo abrazaban, y lo besaban en tus narices.
LAURA:
No dije eso.
FRANCISCO: (DISCULPÁNDOSE)
Sí; ya sé (PAUSA) ¿Cómo, le fue?
LAURA:
¡Un éxito!. Todo parecía tan... tan él... tan... no sé... La gente se paraba y gritaba... pero él dijo que no iba a subir y no lo hizo...
FRANCISCO:
¡Qué raro!... El siempre con sus ridiculeces.
LAURA:
Se limitó a ver al público desde la cabina de luces.
FRANCISCO: (ADIVINANDO)
Y cuando todo el mundo se fue tampoco bajó a saludar a los actores.
LAURA:
Sí, bajó: besó a las actrices y los actores, menos tú sabes a quién: Se sentó conmigo hablándome de cualquier cosa; y me preguntó por ti... estuvimos esperándote.
FRANCISCO:
... Pero Junior sabía...(LO VE)
LAURA:
¡Quería que estuviéramos los tres...! ¡Cómo siempre!.
FRANCISCO:
No me gusta ver a esa gente con cara de rata cerca. Prefiero hacerlo desde el escenario: Eso me da la seguridad de que están bien lejos y no tengo que ser amable.
LAURA: (ENTRE DIENTES)
Las lecciones de Junior han sentado de maravilla.
JUNIOR HA ABIERTO UN POTE DE LECHE CONDENSADA Y LE DA A LAURA. LUEGO LE ORDENA QUE SIGA JUGANDO CON FRANCISCO Y ESTÁ OBEDECE.
FRANCISCO:
Vete a la mierda.
LAURA: (CON EL POTE DE LECHE CONDENSADA EN LA MANO) Francisco.
FRANCISCO: (DETENIENDO SU ACCIÓN CON LA GUITARRA)
Dime Laura.
LAURA: (METE EL DEDO EN EL POTE DE LECHE CONDENSADA Y LO SABOREA) Francisco...
FRANCISCO:
Dime. No quiero pasar todo el día mirándote.
PAUSA.
LAURA: (MOLESTANDO)
Francisco...
FRANCISCO:
¡¿Qué?!.
FRANCISCO LLEVA SU SILLA LO MÁS LEJOS POSIBLE DE LAURA
LAURA:
¿Sabes quien vino al estreno?.
FRANCISCO:
No; no lo sé... pero para mi tranquilidad preferiría no enterarme.
LAURA: (LLEVANDO UNA SILLA Y COLOCÁNDOLA JUNTO A LA DE FRANCISCO) Querido, tengo que decírtelo, porque aunque te lo oculte lo vas a saber, y sería muy desagradable que no te enteraras por mí cuando vivimos en la misma casa.
FRANCISCO: (FINGIDO)
A ver... serías tan amable si me dices, si no te molesta, si no te importa... ¡¿Quién asistió esta noche al estreno de la pieza de Junior?!.
LAURA:
¿Estás preparado?.
FRANCISCO:
¿Parezco no estarlo?.
LAURA:
Al contrario, pareces muy interesado...
FRANCISCO:
Continúa entonces.
LAURA: (TRÁGICA)
Mientras te esperábamos en el teatro, pensando que irías a buscarnos aunque no hubiese aparecido en el estreno, vino un portero y le dijo a Junior que una señora que se encontraba en la puerta insistía en verle antes de irse.
FRANCISCO:
¿Quién era la señora que insistía en ver a Junior?.
LAURA: (DECLAMATIVA)
La señora madre del autor-director.
FRANCISCO:
¡¿Quién?!.
LAURA: (DEJANDO EL TONO)
La mamá de Junior.
FRANCISCO: (ORGANIZANDO LA CASA)
¿Nuestra...? Es decir... ¿Tu suegra?.
LAURA:
Sí.
FRANCISCO:
¿Cuándo llegó?.
LAURA: (RECLAMANDO)
No la viste porque no estabas en la casa esta tarde.
FRANCISCO:
Salí... Junior sabía... (A JUNIOR) ¿Cierto o falso?.
JUNIOR:
Cierto. (CONTINÚA LEYENDO)
LAURA SE ENOJA Y VA A BUSCAR SUS ZAPATOS LUEGO DE DEJAR LA LECHE CONDENSADA EN EL BAR, SE SIENTA EN EL MUEBLE Y SE LOS PONE.
FRANCISCO:
...Me reuní con Carmelo para lo del proyecto...
LAURA: (SARCÁSTICA)
¿Con quién? ¿Con Carmelo?.
FRANCISCO:
Sí: (IMITÁNDOLA)“con Carmelo” (PAUSA) ¿Y se va a quedar esta noche?.
LAURA:
¿Carmelo?.
FRANCISCO: (FASTIDIADO)
La mamá de Junior, coño.
LAURA:
Esta es la casa de su hijo... o mejor dicho, la casa que ella le prestó a su hijo, ¿no?.
FRANCISCO:
Debes sentirte muy feliz.
LAURA:
A mí me cae bien la Elvira... Nunca se ha metido conmigo.
FRANCISCO:
Porque eres mujer.
LAURA:
Por fin una ventaja a mi condición.
FRANCISCO:
¿Qué dijo Junior?.
LAURA:
Tú sabes como se pone cuando él viene alguien de su familia: nervioso, no sabe como tratarlos... y me los deja a mí.
FRANCISCO:
O a mí... ¿La dejaste con él?.
LAURA:
No; quiso venirse conmigo porque arregló por teléfono una fiesta sorpresa.
FRANCISCO:
¿Dónde?.
LAURA:
Casa de Irma. Allá bajo lo dejé para que arreglara todo mientras yo me cambiaba... es una comidita.
FRANCISCO:
¿Por supuesto estamos invitados?.
LAURA:
Aún no es oficial. Pero creo que sí...
FRANCISCO ARPEGIA LA GUITARRA Y LAURA SE ENERVA.
LAURA:
¿Te vas con la guitarra a tu cuarto? (PRESTA A BATIRSE CON FRANCISCO) ¿Entendiste?.
FRANCISCO:
Laura, me arrecha que me estés diciendo lo que tengo que hacer. Esta no es tu casa.
LAURA:
Ni tuya. Hoy “La casera” vino a visitarnos, y no quiero que se lleve una mala imagen cuando entre y esté uno de los inquilinos dándole a la guitarra en la sala, cuando debería estar en su cuarto.
FRANCISCO:
Ya voy.
LAURA:
Y acuérdate que ambos vivimos alquilados aquí. (SE DISPONE HACER MUTIS. SE DETIENE) ¿De acuerdo?.
SILENCIO. CUANDO ESTÁ A PUNTO DE ENTRAR EN SU CUARTO FRANCISCO LE HABLA.
FRANCISCO:
¿Y si no me da la gana de decir “mentiras”?.
LAURA: (DEVOLVIÉNDOSE)
Saldrás disparado con todo tu equipaje a las saturadas calles de Caracas y rodarás de la Baralt por la Urdaneta o la Lecuna, hasta la Candelaria o San Agustín, rezando porque cualquier alma caritativa, o urgida te lleve a dormir y comer a su casa.
FRANCISCO:
¿Tú no me acompañaras?.
LAURA:
Recuerda que soy mujer... Además es un secreto, pero ella sabe que es mi suegra... (A JUNIOR) ¿Verdad?.
JUNIOR ENTRA AL JUEGO Y SALUDA.
JUNIOR:
Eso es verdad. (A LAURA) Hola.
LAURA:
Hola.
JUNIOR: (A FRANCISCO)
¿Qué tal?.
FRANCISCO:
¿Qué tal?.
JUNIOR SE VA A SU CUARTO Y DESDE ALLÍ CONTINÚA SU LECTURA MIENTRAS ESTÁ JUNIOR LA HOSTILIDAD DESAPARECE ENTRE LOS JÓVENES, AL DESAPARECER JUNIOR LA HOSTILIDAD REGRESA.
LAURA: (SEDUCTORA Y AGRESIVA A FRANCISCO)
Acuérdate.
FRANCISCO: (LASCIVO)
Me acuerdo...
LAURA:
... Que mi suegra...
FRANCISCO: (ACLARANDO)
Que nuestra suegra.
LAURA:
Ella no sabe eso... Puede abrir la puerta y...
FRANCISCO:
¡Hola, suegra!.
SONRÍEN AL DARSE CUENTA DE QUE ES MENTIRA DE FRANCISCO. MUY CERCA UNO DEL OTRO.
LAURA:
Podría encontrarme “escandalosamente” cerca del...
LAURA Y FRANCISCO: (COMO PARA UNA CUÑA PUBLICITARIA) Amigo íntimo de su hijo.
LAURA SE SUELTA DE FRANCISCO Y TOMA TEATRALMENTE LAS COSAS QUE HABÍA DEJADO EN LA MESA. SE DISPONE A PARTIR.
FRANCISCO: (RETENIÉNDOLA)
Te agrada la idea de que tu suegra se quede esta noche.
LAURA: (TEATRAL, PICARA)
¿Por qué dices eso?.
FRANCISCO:
Yo tenía otros planes para nosotros “esta noche”.
LAURA: (EN EL MISMO TONO. ENTENDIDA)
¿Para... quién?.
FRANCISCO:
Para los mismos de siempre.
LAURA: (EN EL MISMO TONO. CON INDIGNACIÓN)
Es para disculparte.
FRANCISCO:
No, es otra cosa...
LAURA: (VOLVIENDO A LA NORMALIDAD)
Eres un sin vergüenza.
FRANCISCO:
No, lo que pasa es que nosotros somos...
LAURA Y FRANCISCO: (COMO PARA LA MISMA CUÑA)
...Divinos.
RUPTURA DEL TIEMPO. MÚSICA DE LA CAJA DE MÚSICA QUE HA ABIERTO JUNIOR EN SU HABITACIÓN. LAURA ESTA SENTADA EN EL MUEBLE Y FRANCISCO EN EL PISO CON SU CABEZA SOBRE LAS PIERNAS DE LAURA.
FRANCISCO:
Los quiero mucho... Me da pena que piensen que no quise estar con ustedes en el estreno.
LAURA:
Pero no estuviste de todas maneras.
FRANCISCO:
No comiences a pelear de nuevo.
LAURA:
No peleo... Te recuerdo, solamente... Créeme siento que Junior se deprimió cuando nos busco y tu no estabas...
FRANCISCO: (RESENTIDO)
¡Que raro! Junior y Franklin habían hecho una amistad muy hermosa.
GRAN SILENCIO. LAURA SE SIENTA CON FRANCISCO EN EL PISO. JUNIOR CIERRA LA CAJA DE MÚSICA. FINAL DE LA RUPTURA DE TIEMPO. FRANCISCO SE LEVANTA CON AGRESIVIDAD.
FRANCISCO:
Yo le ofrecí hacerle el personaje pero el no quiso.
LAURA:
Estamos muy cerca de él, Francisco. No seria igual... Yo lo entiendo.
FRANCISCO:
Yo quisiera hacerlo... pero no puedo... Yo lo que entiendo es que, siendo el director, tengo que hablar con otros directores para que me den un personaje en una piecita de teatro... y me molesta que ni siquiera se busque actores mejores que nosotros.
LAURA: (CAMBIANDO EL TEMA)
¿Y donde iba a ser la invitación?.
FRANCISCO:
A la cama.
LAURA: (AL PÚBLICO)
Se le acabó la poesía.
FRANCISCO: (AL PÚBLICO)
Acabo de hacer una proposición que para mí es como una poesía.
LAURA: (COMO UNA MUJER FATAL)
Estás loco.
FRANCISCO:
Es el amor.
LAURA: (AL PÚBLICO)
El amor. Comienza la función.
LAURA TOMA LA CAPUCHA QUE ESTABA EN EL MUEBLE DE ADORNO Y SE LA PONE. FRANCISCO LEVANTA EL MUEBLE Y LO COLOCA COMO UNA COLUMNA. MÚSICA ESPAÑOLA DE PALMAS Y GUITARRA.
FRANCISCO: (GRANDILOCUENTE)
“Amor, divina invención
de conservar la belleza
de nuestra naturaleza
o accidente o elección
Extraños efectos son
los que de su ciencia nacen,
pues las tinieblas deshacen
pues hacen hablar los mudos
pues los ingenios más rudos
sabios y discretos hacen”.
LAURA ZAPATEA COMO UNA GITANA Y SE PARA ACTIVA EN LA PUERTA DEL CUARTO DE JUNIOR.
LAURA:
¡Y olé!.
LAURA VUELVE A ZAPATEAR COMO UNA BAILARINA DE FLAMENCO Y HABLA CON LA PRONUNCIACIÓN DE UNA ESPAÑOLA IDIOTA.
LAURA:
Acto I, escena XIV, de la misma Boba ...
FRANCISCO: (HABLANDO COMO ESPAÑOL RECIO)
¿Tú Finea y yo Laurencio?.
LAURA:
¡Vale!.
FRANCISCO:
¡Vale!.
LAURA INTERPRETA A FINEA Y FRANCISCO A LAURENCIO DE LA DAMA BOBA, DE LOPE DE VEGA.
FINEA:
¿Qué es el amor?.
LAURENCIO:
¿Amor? Deseo.
FINEA:
¿De qué?.
LAURENCIO:
De una cosa hermosa.
FINEA:
¿Es oro? ¿Es diamante? ¿Es cosa destas que muy lindas veo?.
LAURENCIO:
Ni, sino de la hermosura
de una mujer como vos,
que, como lo ordena Dios,
para buen fin se procura
y ésta, que vos la tenéis
engendra deseos de mí.
FINEA:
Y yo, ¿qué he de hacer aquí, si sé que vos me queréis?.
LAURENCIO:
Quererme. ¿No habéis oído que el amor con amor se paga?.
FRANCISCO SE LANZA SOBRE LAURA Y TRATA DE BESARLE LA MANO. ESTA SE ZAFA Y AHORA ES ELENA ANDRIEVNA DE LA OBRA DE CHEJOV EL TÍO VANIA Y FRANCISCO INTERPRETARÁ POSTERIORMENTE A VOINISKY.
HELENA:
¡Déjeme! (RETIRA LA MANO) ¡Váyase! (CORRE Y BUSCA UNA REGADERA).
FRANCISCO HA BUSCADO UN PARAGUAS Y SE HA IDO A SENTAR EN LA PUERTA DEL CUARTO DEL JUNIOR JUNTO CON LAURA, Y AMBOS HACEN COMO SI FUESEN EN UNA CARRETA. FRANCISCO LLEVA LAS RIENDAS DE LA CARRETA CON EL PARAGUAS ABIERTO. MIENTRAS LAURA LE HECHA AGUA ENCIMA
VOINNITSKY:
Pronto dejará de llover, todo quedará refrescado y la naturaleza suspirará con alivio. Sólo a mí no habrá refrescado la tormenta. Día y noche me oprime la idea de que mi vida está irrevocablemente perdida. Pasado no tengo, lo desperdicié tontamente en boberías; en cuanto al presente, es horrible por su incoherencia. Ahí está mi vida y mi amor: ¿dónde ponerlos, qué hacer con ellos? Mi sentimiento parece en vano, como un rayo de Sol atrapado en un foso; yo mismo estoy pereciendo. (DETIENE LA CARRETA).
LAURA SALE DE LA CARRETA. DEJA LA REGADERA FUERA. TOMA UNA ABANICO BLANCO, ENTRA A LA CARRETERA, ABRE EL ABANICO Y FRANCISCO VUELVE A ARRANCAR CON LA CARRETA.
HELENA:
Cuando usted me habla de su amor, me vuelvo torpe, no se que decir.
FRANCISCO DETIENE LA CARRETA.
HELENA: (DE PIE)
Perdóneme, no puedo decirle nada. (LAURA SE SALE DE LA CARRETA) Buenas noches.
LAURA TIRA LA PUERTA DE LA CARRETA Y SE VA AL BAR A BUSCAR FÓSFOROS PARA ENCENDER LA LÁMPARA DE LA MESITA. FRANCISCO SE SALE DE LA CARRETA. LO NOTAMOS BEBIDO. LE HACE CARIÑOS AL CABALLO Y SE ACERCA A LAURA QUE ESTÁ ENCENDIENDO LA LÁMPARA.
VOINNITSKY: (INTERCEPTÁNDOLE EL PASO)
¡Oh, si supieras como sufro al pensar que cerca de mí, en esta misma casa, hay otra vida que se pierde: la suya! ¿Qué espera? ¿Qué filosofía maldita le estorba? ¡Trate de comprender...!
HELENA: (MIRÁNDOLO FIJAMENTE)
¡Iván Petrovich, usted está borracho! (LAURA LO SIENTA).
VOINITSKY:
Puede ser... puede ser...
HELENA:
¿Dónde está el doctor?.
VOINNITSKY:
Ahí... Duerme en mi cuarto.
LAURA CORRE LA PUERTA DE LA HABITACIÓN DE FRANCISCO Y HACE COMO SI SE ASOMBRARA POR LOQUE VE.
VOINNITSKY:
Puede ser, puede ser... ¡Todo puede ser!.
HELENA:
¿Hoy también estuvo bebiendo? ¿Y eso para qué?.
VOINNITSKY:
Por lo menos parece que viviera... ¡No me lo impida, Hèlene!.
HELENA:
Nunca bebía antes, y nunca hablaba tanto... ¡Váyase a dormir! Me aburre.
(TRATA DE IRSE)
VOINNITSKY: (BESÁNDOLE IMPULSIVAMENTE LA MANO)
Querida mía... ¡maravillosa!.
HELENA: (CON FASTIDIO)
Déjeme. Esto se vuelve repugnante.
SALE.
VOINNITSKY:
Se fue...
LAURA REGRESA A LA SALA ROMPIENDO LA ATMÓSFERA ANTERIOR.
LAURA:
Guarda la guitarra.
FRANCISCO:
¡Me cortaste la inspiración!.
LAURA: (COLOCANDO LAS COSAS EN SU LUGAR)
La realidad acaba siempre con la ficción.
FRANCISCO:
¿Y tú eras la que me decías de que se me había acabado la poesía? Eres una egoísta. No te gusta que los demás tengan más textos que tú.
LAURA SE INCLINA TRAS EL MUEBLE PARA INTERPRETAR A NINA DE LA GAVIOTA DE CHEJOV. MÚSICA FÚNEBRE.
NINA:
Estoy tan cansada... si pudiera descansar... Descansar... Soy una gaviota ... No; no es eso. Soy una actriz. Sí, claro...
SILENCIO. LAURA HACE COMO SI ESCUCHARA LO QUE DEBÍA ESCUCHAR NINA Y, COMO ÉSTA, CORRE A LA PUERTA Y MIRA POR EL OJO MÁGICO.
NINA: ( A FRANCISCO)
El también está aquí...
FRANCISCO CREE QUE SE TRATA DE LA REALIDAD.
FRANCISCO:
¿Junior?.
LAURA: (EN EL TONO DE NINA)
El mismo... con nuestra suegra y todo...
FRANCISCO:
¡Voy a guardar la guitarra! ( SALE CORRIENDO A SU HABITACIÓN)
LAURA SE PERCATA DE QUE FRANCISCO YA NO ESTÁ Y SE DIRIGE AL PÚBLICO FICTICIO AL QUE SIEMPRE SE DIRIGE
LAURA:
Fue tan sencillo ( DA LAS GRACIAS AL PÚBLICO) Gracias, muchas Gracias... Adiós. ( SE VA A SU CUARTO CON TEATRALIDAD. AL LLEGAR A LA PUERTA DE SU HABITACIÓN GIRA Y CIERRA LA PUERTA)
OSCURO.
II
LA MODIFICACIÓN DE LA CASERA
EL MISMO LUGAR. HORAS DESPUÉS. ELVIRA Y JUNIOR HABLAN SIN QUE PODAMOS ENTENDER. FRANCISCO TRATA DE HUIR DE LA CASA PERO LAURA LO DESCUBRE Y ESTE PARA DISCULPARSE VA AL BAR Y BUSCA UNA BOTELLA DE VINO Y UN VASO Y LE OFRECE UN TRAGO. ELLA BEBE. LAURA HABLA CON NOSOTROS SIN QUE ELLOS PERCIBAN NUESTRA PRESENCIA. SUENA BOLEROS.
LAURA:
Son difíciles las relaciones entre los seres humanos: el odio, el amor, el miedo, la tolerancia, el egoísmo... convivimos con reglas, normas, leyes, costumbres... a las que bautizaron con el remoquete de “morales” para estar bien con la tribu... y a veces están tan en contra de nosotros mismos, de lo físico o de lo intelectual, que somos aplastados como hormigas. Pocos se atreven a vivir del otro lado del río y se niegan a las reglas, o hacen de ellas sus propias versiones... como nosotros... Al principio nos da miedo; pero por saber que es así como queremos las cosas, nos atrevemos, tarde o temprano, y nos vamos aislando en cuerdas flojas en las que luego de varias caídas aprendemos a caminar... y aunque le duela: caminamos... Qué cosa tan extraña... cuando alguno de los integrantes de la tribu descubre nuestra presencia, se acerca a contemplarnos, a verificar nuestra rareza... y, o cae embrujado por nosotros, o se asusta, huye, lo comunica a los otros y emplean algo que consideren como letal para aislarnos, atacarnos y acabarnos... dejándonos mas solos en nuestras cuerdas flojas... Quizás es un mecanismo de defensa... o como dice el dicho: “Nadie necesita lo que conoce”, Definitivamente nosotros conocemos algo que les encantaría a ellos, y que se les convertiría en un vicio maldito si tuvieran la oportunidad de gustarlo... si lo conocieran... Eso nos da la sensibilidad con la que nos levantamos en la mañana, nos acostamos en las noches y con la que partimos de viaje durante el sueño. (MIRA A JUNIOR Y LE DA SU COPA DE VINO)... el sueño... A veces, en la cuerda floja, aparecen frenos, o una bifurcación, o una traba, por alguna modificación que pretende ser genial y colocada allí por algún terrible enemigo de la tribu... lo peor es que en la mayoría de las oportunidades lo hacen sin intención y son los últimos en darse cuenta de lo que hicieron... transformándonos la vida en verdaderas pesadillas... sueños... pesadillas. (REMARCANDO LA PRESENCIA DE JUNIOR Y ELVIRA). Ahí están, como un sueño... Elvira, siempre en su pretendida e inexistente pose; dueña de una situación que no maneja, porque no sabe cómo; poseedora de un terrible secreto que no revela, porque es la única que no conoce la magnitud real de los acontecimientos que, a mi parecer, ella misma desató cuando creyó que Junior era un perro al que podía amaestrar a fuerza de palo... Mi indefenso señor lleno de furia... No pueden vivir juntos porque se hacen daño constantemente daño, pero no pueden estar sin verse... Cuando Junior no ve a su madre por un período muy prolongado, pongamos seis meses, pierde el control, se siente sin raíces, sin orígenes, llora... y cae en interminables crisis de identidad, de muerte... Eso, se siente muerto y hace cualquier estupidez para comprobarse que está vivo: grita, maldice, provoca, se acuesta con cuanta máscara pasa frente a él sin ningún distingo ni discriminación, mientras sea un rostro hermoso y un cuerpo estéticamente perfecto... ¿Hasta qué punto Francisco y yo seremos un par de máscaras más?... Porque cuando ella viene... cuando ella viene somos los “Inquilinos de su Hijo”, que a su vez es una especie de inquilino privilegio... Somos las puntas de un triángulo, que con su presencia se convierte en algo tan impenetrable como una pirámide: Ella, arriba, en el punto más alto y nosotros abajo, bien abajo, pegados contra el piso.
LAURA INTENTA ESCAPAR DE LA CASA PERO FRANCISCO LA DETIENE.
FRANCISCO:
¡Laura!.
LAURA Y FRANCISCO REGRESAN A SUS HABITACIONES.
LAURA: (REDISTRIBUYE LOS MUEBLES)
¿Te gustó la cena, hijo?.
JUNIOR: (SECO DESDE EL BAR)
Sí.
ELVIRA:
Irma tiene a veces sus arranques extraños, pero ella ha sido buena amiga de la familia. Estaba feliz de tenerte comiendo en su casa.
SILENCIO. CAMBIA LAS SILLAS. JUNIOR NO LO NOTA.
ELVIRA:
La casa está “arregladita”.
JUNIOR:
Laura.
ELVIRA:
¿Laura?.
JUNIOR:
Francisco también ayuda.
JUNIOR NOTA QUE SU MADRE HA ESTADO CAMBIANDO LOS MUEBLES DE LUGAR Y LOS VUELVE A SU SITIO ORIGINAL.
ELVIRA:
¿Y tú?.
JUNIOR:
A veces no tengo tiempo.
ELVIRA:
Esta es “tu” casa.
JUNIOR:
Nosotros nos entendemos.
ELVIRA:
Menos mal. (TIRA LA CAPA QUE ADORNA EL MUEBLE A UN LADO. VA A LA MESITA Y DESCUBRE EL PORTARRETRATOS) ¡Qué extraño!
JUNIOR:
¿Qué?.
ELVIRA:
Este portarretratos de la mesita.
JUNIOR:
Es un regalo...
ELVIRA:
¡Qué regalo tan raro!.
JUNIOR:
...de un amigo de los tres.
ELVIRA:
¿Tres?. (!)
JUNIOR:
De las “tres” personas que viven en este apartamento de “tres” habitaciones, en el cual se duerme en el orden siguiente: Francisco, en aquella habitación, Laura en la de la esquina, y yo en la del frente, donde dormirás tú hoy, mientras yo duermo en este mueble. (SE SIENTA EN EL MUEBLE).
ELVIRA:
No tienes porque molestarte. (DEJA DE CAMBIAR LAS COSAS Y SE SIENTA)
JUNIOR:
No es molestia, madre: a veces es necesario aclarar las cosas para que no haya confusiones.
ELVIRA:
Tú me vas a perdonar, mi vida, pero yo no había visto que a alguien le regalaran un portarretratos tan... extraño.
JUNIOR:
Fue un actorcito de segunda, como lo llama Francisco, que quería convencerme para que lo dirigiera en una pieza.
ELVIRA:
¿Buen actor?. (NOTA QUE JUNIOR REGRESÓ TODO A SU LUGAR; APROVECHANDO SU DESCUIDO)
JUNIOR:
Eso qué importa.
PAUSA.
ELVIRA: (TRATANDO DE ENGANCHARLO EN LACOINVERSACIÓN)
Pero a la gente le gustó el trabajo.
JUNIOR:
Sí, eso decían... mañana me enteraré de la verdad...
ELVIRA: (RETOMA LACONVERSACION SOBRE ELACTOR)
¿Y lo dirigiste?.
JUNIOR:
Quería que Laura y Francisco trabajaran con nosotros. (NOTA LO QUE HACE ELVIRA)
ELVIRA:
¿Y?.
JUNIOR: (CON LA INTENCIÓN DE QUE DEJE LAS COSAS COMO ESTÁN) ¡Que no! Yo no trabajo con Laura ni con Francisco.
ELVIRA:
Son tus “amigos”.
JUNIOR:
Por eso mismo... quiero que siempre sea así... por lo menos si vamos a dejar de ser amigos que sea por otra causa...
ELVIRA:
¿Con Laura también?.
JUNIOR:
Sí, mamá, con Laura también.
PAUSA
ELVIRA:
Si tú lo dices.
JUNIOR:
Yo lo digo. ¿Te sirvo algo?.
JUNIOR SE LEVANTA MOLESTO Y SE LLEVA EL PORTARRETRATOS.
ELVIRA:
No. Estoy cansada del viaje.
PAUSA
JUNIOR: (IMPERATIVO)
¿Te quieres acostar?.
ELVIRA:
No; no tengo sueño, lo que estoy es cansada. Me duelen las piernas.
SILENCIO. SE ESCUCHA LA CANCIÓN “CUANDO CALIENTA EL SOL”.
SE ABREN LAS PUERTAS DE LOS CUARTOS DE LAURA Y FRANCISCO. ESTOS APARECEN EN TRAJES DE BAÑOS, DE LOS AÑOS 30. TRAEN CONSIGO LENTES OSCUROS, MALETAS, FRANCISCO TRAE LAS SILLAS DE PLAYA, MIENTRAS LAURA ELIGE EL LUGAR. ES UN DÍA DE PLAYA PARA ELLOS. SE SIENTAN. FRANCISCO MIRA EL HORIZONTE MIENTRAS LAURA SACA DE SU MALETA UNA REVISTA CON HOMBRES DESNUDOS Y GIGANTESCOS PENES.
ELVIRA: (A JUNIOR)
¿Qué hacen?.
JUNIOR: (AL PÚBLICO)
Ensayan una de mis piezas.
ELVIRA: (ENTUSIASMADA)
¿Una de las tuyas...? (SE ACERCA A MIRARLOS)
FRANCISCO: (SIN DEJAR DE MIRAR AL INFINITO)
A mí me gusta mucho.
LAURA: (INTERPRETE)
¿Diego?.
FRANCISCO:
¿Paula?.
LAURA:
¿Qué?.
FRANCISCO:
El paisaje.
LAURA:
No hay nada que ver. Lo ves todo el tiempo.
ELVIRA NOTA LA REVISTA QUE LEE LAURA Y SE HORRORIZA. LLAMA A JUNIOR PERO ESTE SE NIEGA A PRESTARLE ATENCIÓN Y APROVECHA Y VUELVE EL PORTARRETRATOS A LA MESITA.
FRANCISCO:
Me gusta sentarme aquí, frente al mar. Observarlo. Sentirlo. Es como si me estuviera conciliando con mis orígenes... Entonces me siento tan decepcionado (FRANCISCO SE DA CUENTA QUE ELVIRA VIO LA REVISTA QUE LEE LAURA Y SE PONE NERVIOSO)... Como si sobre mis hombros hubiera caído la responsabilidad de una culpa (APROVECHA QUE ELVIRA HA IDO A DECIRLE A JUNIOR LO DE LA REVISTA Y SE LA CAMBIA POR UNA DE FARÁNDULA)... de una equivocación ancestral.
LAURA: (COMO SI NADA)
Es una tara colonial.
FRANCISCO:
Entonces la compartimos.
ELVIRA LLEGA HASTA LAURA Y LE PIDE LA REVISTA.
ELVIRA:
Nuerita, me permite tu revista. Ay, es que a mí me encanta la revistas importadas. (LA MIRA) ¿Es americana?.
LAURA: (HACIÉNDOSE LA IMBÉCIL):
No; francesa.
ELVIRA LE DEVUELVE LA REVISTA AL NO ENCONTRAR NADA EXTRAÑO Y REGRESA AL MUEBLE DONDE SE ENCUENTRA JUNIOR. LAURA Y FRANCISCO SE RÍEN DE ELVIRA Y CUANDO ÉSTA VOLTEA A MIRAR ELLOS SE HACEN LOS DISIMULADOS.
ELVIRA:
¿Qué te pasa Junior?. ¿Algo no salió bien en el estreno?.
JUNIOR:
No.
ELVIRA:
¿Alguno de los actores?.
JUNIOR:
Eso no importa.
ELVIRA:
¿Los Técnicos?.
JUNIOR:
Nada de eso.
ELVIRA:
El crítico. El que llegó gritando que por que no lo habían esperado para empezar ¡Qué hombrecito para caerme antipático! ¡Quería que salieras corriendo detrás de él cuando terminó la función!.
JUNIOR: (ACUSANDO A LAURA)
¿Quién te dijo eso?.
LAURA NIEGA.
ELVIRA:
¿Para que crees que me le fui detrás?. Yo escuche lo que le iba diciendo al “y que” amigo tuyo, ese que habla como si tuviera una papa en la boca... “Yo lo voy a joder ¿qué se a creído él? ¿Oscar Wilde?”, y por ahí se fue... Mientras el amigo tuyo iba muerto de la risa, hasta que se dio cuenta que yo iba detrás y le dijo: “mira, es esa la mamá de Junior” y comenzaron a caminar rápido para que no escuchara.
JUNIOR:
Eso no importa.
ELVIRA:
Espero que sea verdad.
FRANCISCO: (EN PERSONAJE)
Es como si a medida que evolucionamos alguien se hubiera dado cuenta de que no hay nadie allá donde vamos; por lo que dejamos de ser peces; que todo es una gran mentira y me siento perdido.
LAURA: (POR LA REVISTA QUE LE DIO A FRANCISCO)
¡Que aburrido! ¡no dice nada!.
FRANCISCO:
Ese alguien soy yo.
ABURRIDA SE DISPONE A SER MUTIS.
LAURA:
Ya lo sé. Lo sabia desde que comenzaste el soliloquio querido. Me voy.
LA ACTITUD DEL PERSONAJE DE LAURA COINCIDE CON LA DE ELVIRA Y ESTA ÚLTIMA SE VOLTEA A MIRARLA LA ESCENA. LAURA ESPERA LA REACCIÓN DE FRANCISCO PERO ESTE NO REACCIONA.
LAURA:
No piensas retenerme.
ELVIRA MEDIANTE GESTOS LE PREGUNTA LO MISMO JUNIOR QUE HA OPTADO POR IGNORARLA.
FRANCISCO:
No tienes a donde ir.
ELVIRA SE ASOMBRA DE LA RESPUESTA.
LAURA:
Yo no tengo a donde ir pero esto tampoco es la playa.
ELVIRA APOYA A LAURA A TRAVÉS DE GESTOS.
LAURA:
Digo que esto tampoco es la playa. (DESHACE EL LUGAR Y SE SIENTA).
JUNIOR:
Mi papá me dijo que la casa estaba muy bonita.
ELVIRA:
Sí; pero para que quiero yo una casa cuando tenía a mis muchachos pequeños, que era que quería tener un lugar amplio, para que corrieran y jugaran, no la tuve...Yo no sé para que Augusto compró casa en este pueblo.
LAURA:
Es invento tuyo ¡esto no es la playa!.
JUNIOR:
Lo necesitaban.
ELVIRA: FRANCISCO:
¿Pero en un pueblo?. En un pueblo Tengo un amigo que cree que las
olvidado hasta del amor de Dios. mujeres no piensan... José
Yo soy caraqueña y no entiendes Márquez... Todos le tenían miedo.
esa tranquilidad chicha que se siente Decía que la mejor hembra era la
en los pueblos del interior. Yo necesito más bruta; mientras más bruta
gente, trafico, contaminación, que mejores camas.
una se tenga que levantar bien
temprano para poder llegar a algún LAURA: (MOLESTA)
lugar; que se vea como los edificios En la casa de mis abuelos
caminan por todos lados tragándose había una perra que se llamaba
las últimas casas que quedan en Sorpresa...
Caracas, para que viva mas gente... más
gente, más gente y podamos aprender a FRANCISCO:
pensar y a pelear por lo que queremos. ¿Sorpresa?
Esa tranquilidad embrutece la mente y
LAURA:
el alma... Aquí la gente se muere joven, Sí, mordía a la gente que no la
pero vive... allá... sí, una llega a noventa tomaba en cuenta.
o a cien años, pero como si estuvieras
de vacaciones de la vida, como si
estuvieras, muerta... ni siquiera hay un
buen cine ni nada. Por eso es que esas
mujeres no hacen más que parir como
acures... ¿para que quiero esa casa? yo
quiero vivir aquí, estoy cansada de las
vacaciones...
JUNIOR:
Ya va a empezar con la cantaleta. (AL PÚBLICO). ¿No es mejor que te caigan a palos? A mi papá no le va mal.
ELVIRA:
Yo soy caraqueña, ¿tú sabes lo que eso se significa?.
JUNIOR:
Allá han tenido más oportunidades.
ELVIRA:
¿De qué? ¿Oportunidades de qué? Tu papá es un cómodo.
JUNIOR:
Mamá.
ELVIRA:
¡Hay pues! Será mentira. En todo este tiempo en timotes donde las oportunidades están en cada esquina, ¿qué ha hecho él?.
JUNIOR:
Dar clases, es gerente de un banco, estas cerca de la cámara de comercio... a lo mejor algún se decide y monta su propia negocio.
ELVIRA:
¡Que va, hijo! Tu papá no va a ser dinero así, ni va aprovechar las oportunidades del pueblo.. Él es muy cómodo... necesita tener a alguien atrás para que haga las cosas.
FRANCISCO: (FUERA DEL PERSONAJE)
¿Qué pasa?.
LAURA:
Están peleando.
FRANCISCO: (MANDÁNDOLA A CALLAR)
Lo note.
JUNIOR:
Yo quisiera... es decir: hace un año le dije que si quería paraba uno o dos semestres la universidad, pero ahora no puedo... no quiero ir... por ahora... (NOTA QUE ELLA LE ESTA CAMBIANDO LOS MUEBLES). ¿Hasta cuando me cambias los muebles mamá?. (!)
ELVIRA: (VOLVIENDO EL MUEBLE)
Sí, cada uno de ustedes tiene sus responsabilidades, su vida.
JUNIOR:
Es así.
ELVIRA:
Yo lo sé... demasiado ocupados con sus problemas para meterle la mano a sus padres si uno los necesitan.
JUNIOR:
Tú sabes que no es así.
ELVIRA:
¿Y como ese entonces? Explícamelo tú, porque debe ser que me estoy volviendo bruta.
JUNIOR: (SE SIENTA EN UNA SILLA QUE ACABA DE REGRESAR A SU LUGAR) ¿Qué te pasa, chica?.
ELVIRA:
Que Sol se encierra a pintar y dura semana en casa de sus amigas, “trabajando” en nombre del arte... y ni se preocupa si estoy bien, si tengo un dolor o una enfermedad, si comí... Pero mamá sí... Yo si tengo que hacer la comida, lavar la ropa, arreglar la casa... pero a sus amigas le lava hasta las pantaletas y le vota la basura de sus casas, y yo aquí como una boba diciéndole “Sol, vótamela basura” (PAUSA) Carolina se casó en contra de mi voluntad y como se lo dije no le duro ni un año y se me volvió para la casa... y ni siquiera le a salido el divorcio, pero como no puede vivir sin macho ya tiene otro, y no es nada si no que no contenta con eso salió preñada...
JUNIOR:
Tú querías ser abuela y Carolina necesitaba un muchacho... a ver si se distrae con eso... Así no va a tener tiempo en pensar en las enfermedades y los dolores... Mira: el tiempo que la tuve aquí no miento si digo que gasto más en remedios que en comida.
LAURA Y FRANCISCO SE RÍEN Y ELVIRA LOS MANDA A CALLAR.
ELVIRA: (A LAURA Y FRANCISCO)
¿ Que fue?.
SILENCIO
ELVIRA:
La tienes cogida con Carolina.
JUNIOR:
No mamá... no tenemos la culpa de que sea hipocondríaca... era una broma, además.
ELVIRA:
Sí; yo conozco tus bromas, como las de Sol: hasta que no le ve el hueso a la gente no se quedan tranquilos.
JUNIOR:
Era una broma.
ELVIRA:
... A Augusto tampoco se le ve la cara... ¿Quién no sabe en el pueblo lo de esa muchacha y mi hijo?. Yo no sé como puede existir una familia tan cabrona, porque esa es la palabra.
JUNIOR:
Mamá...
ELVIRA:
A mí me da hasta pena, chico. ¿Cómo esta quedando mi hijo?: Como el chulo...
JUNIOR:
Augusto sabe lo que hace.
ELVIRA:
¡Que va a estar sabiendo Augusto nada, Junior! ¡No sabe limpiarse el culo!. Lo que pasa es que los músculos y los Benetton y los Reeboot... uno lo ves más grande.
JUNIOR:
Augusto es un hombre, mamá.
ELVIRA:
Él, lo único que ha aprendido como un hombre es que Lucia se tiene que tomar la píldora para no salir preñada, eso sí, eso es lo único que él sabe y papá dame que voy a una discoteca; papá, dame para una camisa; papá, dame para ir a Caracas; papá, dame para el hotel... porque hasta eso hay que darle al sinvergüenza de tu hermano.
JUNIOR:
¿Qué quieres, mamá? ¿qué lo haga como yo en las escaleras del bloque siete?.
ELVIRA:
¡Qué trabaje! que se ponga a trabajar para que sepa lo que es ganarse la plata.
JUNIOR:
¿Y la universidad?.
ELVIRA:
¡Será el único que estudia y trabaja!.
JUNIOR:
Mamá, no me hagas decirte algo pesado.
ELVIRA:
¿Por qué? Porque estoy diciendo la verdad. Tú también deberías de buscarte un trabajo... ¿Por qué hasta cuando el hombre picha?.
JUNIOR:
Somos puros monstruos. No me explico como puedes vivir así.
ELVIRA:
Búrlate si quieres.
JUNIOR:
No me burlo, pero sabia que ibas a salir en cualquier momento con algo como esto.
ELVIRA: (INICIANDO SU MUTIS)
Ya estoy cansada.
JUNIOR:
Me lo imaginaba... siempre estas cansada cuando te descubren. ¿No será que tu sabes que eres responsable de lo que te sucede?.
LAURA Y FRANCISCO LE HACEN SEÑAS A JUNIOR PARA QUE SE CALME PERO ESTE HACE CASO OMISO. JUNIOR LE ORDENA A LOS JÓVENES QUE SE MARCHEN.
ELVIRA: (SE REGRESA)
Eso es lo que yo quería escuchar. Ustedes creen que lo saben todo, que son los únicos inteligentes porque han estudiado, y como uno no tuvo la oportunidad de ir a la universidad, y terminar el bachillerato hay que echarnos pal rincón... pero te voy a decir una cosa, coño!.
JUNIOR:
Dígame.
ELVIRA:
Yo no tengo nada que me sostenga en ese pueblo... porque ya no tengo familia ni nada... no tengo nada que me obligue a seguir viviendo en Timotes.
JUNIOR:
No seas dramática, mamá.
ELVIRA:
Ya no puedo seguir viviendo en esta soledad, no quiero seguir viviendo en ese pueblo... porque los hijos se fueron pal coño mi marido se la pasa en reuniones con sus amigotes tomando caña... porque después de viejo es que le dio por empinar el codo... y no hay nada que me guste... nada... es como si vivera en unas vacaciones obligadas, y yo ya me quiero venir para mi casa, para mi hogar en Caracas.
JUNIOR:
Pero mi papá...
ELVIRA:
Que se quede... estoy dispuesta a pedirle el divorcio, si es necesario.
JUNIOR:
Tienes veintisiete años casada con el mismo hombre... ¿Qué vas a hacer?.
ELVIRA:
Vivir.
JUNIOR:
¿Cómo?.
ELVIRA:
Como se venga en gana.
JUNIOR:
Siempre lo has hecho.
ELVIRA:
No; nunca lo he hecho. Porque primero tenía que adaptarme a una familia que no era mía porque no tenía mamá. Después, porque Augusto no ganaba lo suficiente; porque ustedes estaban creciendo y tenían que ver porque todo marchara con normalidad, porque tu papá se la pasaba todo el tiempo en el interior, trabajando, porque ustedes a medida que iban creciendo iban pidiendo... yo dejaba de gastar el dinero con el que podía ir al cine con mi marido, o con el que me podía comprar un blumer o un par de zapatos o un sostén, porque a veces pasaban años... y yo prefería comprarles las cosas que necesitaban para que no pasaran penas con sus amiguitos. Porque así somos las madres: porque estaban enfermos; porque estaban chiquitos; porque me necesitaban... porque, porque, porque... y si no existía una razón yo me la buscaba para estar cerca de ustedes que eran mis niños... mis pollitos...
JUNIOR:
¿Por qué te casaste tan joven? (LAURA Y FRANCISCO SE ASOMAN)
ELVIRA: (OBVIA)
Porque a los hijos hay que parirlos joven. ¿Qué querías? ¿Qué comenzara a partir a los cuarenta años como las europeas?.
JUNIOR:
No me digas que fue por eso, mamá.
ELVIRA:
Yo parí cinco muchachos y tuve dos abortos, y si no me hubiera ligado de seguro tendría dos más.
LAURA SE ASOMA. ELVIRA DESCUBRE QUE FRANCISCO Y LAURA ESTABAN ESCUCHANDO.
ELVIRA:
¿Por qué es...? Váyanse a sus cuartos, entrometidos, que una no pueda hablar tranquila con su hijo en su casa.
LAURA Y FRANCISCO SE VAN A SUS HABITACIONES REGAÑADOS.
ELVIRA:
Tú eras un niño tan inocente.
JUNIOR:
Después descubrí que no era inocente sino: Bolsa.
ELVIRA:
Yo no sé los que les pasó a ustedes.
JUNIOR:
Crecimos.
ELVIRA:
¿Y los niños...?, ¿Mis niños son inocentes?.
JUNIOR:
Se murieron.
ELVIRA:
De todas maneras ustedes seguirán siendo mis niños... aunque no vivamos en la misma casa.
JUNIOR:
Tú no te vas a ningún lado mamá.
ELVIRA:
Sí me voy. Es decir: me vengo. Vine a varias cosas a Caracas, pero también te vine a decir que me vengo y que no voy a volver a casa... que me vengo a quedar definitivamente.
JUNIOR:
¿En Caracas? ¿Estas segura?.
ELVIRA:
Lo he pensado demasiado.
JUNIOR:
¿Y no hay ninguna manera de persuadirte?.
ELVIRA:
No, hijo, no la hay...
JUNIOR:
Estas bien segura.
ELVIRA:
Sí.
JUNIOR:
Crees que así te vas a sentir mejor.
ELVIRA:
Estoy segura.
JUNIOR:
¿Y de que vas a vivir?.
ELVIRA:
Ya veré... yo no soy mocha, ni me falta nada. Todavía me siento capaz de hacer muchas cosas... de trabajar para mantenerme... ¿te parece? ¿Crees que me estoy portando como una loquita?.
JUNIOR:
No importa lo que a mí me parezca, lo que importa es lo que te parece a ti.
ELVIRA:
Tú eres mi hijo mayor... puedes darme tu opinión...
JUNIOR:
No mamá prefiero que tú sola consigas las respuestas de lo que estas buscando... Bueno... y esta es tu casa.
ELVIRA:
Sí; por eso estoy aquí: esta es la casa en donde fundé mi hogar hace veintisiete años, donde críe a mis hijos, donde no soy extraña ni extranjera. Esta es mi casa.
JUNIOR:
Sí mamá... esta es tu casa.
JUNIOR RECUERDA A SU MADRE.
ELVIRA: (AL PÚBLICO)
Sí. Yo he llegado al convencimiento de que todas las madres del mundo no somos si no unas pendejas. Mi hermanito es acusado en toda la ciudad de hedonista, de traficante de drogas, de corruptor de menores, de alcohólico (EN SOTOVOCE), hasta de homosexual lo acusan. Mis hermanas se pasan la vida... una viajando con su amante, y la otra con su marido (IMITÁNDOLAS) “-Conociendo, estudiando-” y tirando como se les da la gana. Mi hermano, el abogado, siempre tiene una amante nueva, y la pobre negra con la que se casó tiene que calársela, porque es negra ¿no?. El que quiere ser arquitecto, el mayor, ya se ha casado por lo menos mil veces... y, llorandito a toditas se las ha llevado de Luna de Miel a Miami... Y en esta mierda no hay agua para hacer circular los mojones que están estacionados en esa maldita poceta... Mientras mi hijo, el intelectual, lee a ¿cómo es que se llama el hombre? ¿El de la voz ronca que usa bastón? (VE LOS LIBROS QUE ESTÁN SOBRE EL BAR). José Ignacio Cabrujas, o al colombianito ese, el tal (LEE) Ga... Gabriel García Márquez y sus “Cien Años de Soledad”... “Cien Años de Soledad”, que debería llamarse “Cien Años de Pajeo” o “Los Buendía y la paja latinoamericana” porque él ama la literatura. Sí le hubieran dejado decidir en que época le hubiera gustado vivir, sin pensarlo mucho, él habría escogido la era romana, para poder ser el Efebo de algunos de los filosofitos que abundaban por ahí... Se le pasa todo el día mariquiando porque quiere ser “artista”... Anormales... Y yo me mato todo el día arreglando la casa, puliendo el piso, lavando los platos... para que esté presentable y a la hora que venga alguno de los tarados con los que discute de Sade, le digan “- Oye, tu casa está arregladita da gusto venir a visitarte-” y no- “La casa de ellos parece casa de puta” - Pero hoy, no hay agua para bajar los mojones del baño, y él se divierte con las historias del oligofrénico “José Arcadio Buendía”, la música de “Los Miserables” y el aroma de la poceta que inunda toda la casa... Porque ... ¿Carajo, chico, de que te sirve vivir en una de intelectualidad si está hedionda a mierda.(!) (IMITANDO A UNA DE SUS HIJAS) ¡ Qué bolas! ¡Ustedes si tienen bolas, mamá, son las doce del día y la casa está todavía vuelta un peo!. Me dice mi hija la pintora que se acaba de levantar, porque estuvo hablando pendejadas hasta las tres de la madrugada con la vecina... Mientras que yo estoy cocinando y planchando como una loca para mandarlos a clase, pidiéndole a Dios que ese mediodía no venga a comer el hombre a la casa que está vuelta un desbarajuste. (COMO RESPONDIÉNDOLE AL MARIDO) ¿Qué por qué? Porque fui a comprar sola la comida y mis adorados hijos durmiendo horario corrido ... y para colmo se fue el agua, y a toditos se les ocurrió cagar al levantarse. Mi marido con el escándalo ese que tiene montado por el rollo de la plata: que si tiene que pagar el carro; que si tiene que pagar la luz; que si tiene que hacer mercado; que si tiene que pagar el gas; que si tiene que pagarle el liceo al gran carajo de mi hijo, que lo único que sabe es tirar físico y echársela de bello todo el tiempo... Porque el guevón del papá le paga el liceo. El no podría ir a un liceo público como los otros, ¡No! Él tiene que ir a un liceo privado para dejarse raspar veinte de las diez materias que estudia... y al pobre gordo se le salen las hemorroides de tanto pensar en dinero. Esta mañana, por cierto, antes de irse, cagó con sangre. (CON ASCO) con sangre. ¿Y yo?: desesperada para que a todos les salgan bien las cosas, y rezando para que así sea siempre. Esperando que sean grandes impulsores del crecimiento de la jungla nacional. ¿Y yo?: lavando, cocinando, planchando, organizando, pasando coleta y leyendo libros de sicología juvenil, para poder ser una madre compresiva y actual, y para tratar de no violentarme, ni tonar “actitudes pocas convenientes” cuando alguno de mis hijos se le sale el mono. ¿Y yo? (SONREÍDA COMO PARA UNA CUÑA PUBLICITARIA) Esperando que venga el agua, porque el Instituto de Obras Sanitarias, se le ocurrió graciosamente cortar el suministro de agua... y la pestilencia en esta casa aumenta en cada evacuada individual. En estos momentos, mi honorable hogar está como la política del país... necesitando una mascara contra la fetidez. (TRISTE) yo me pongo a reflexionar y me da sentimiento: Yo no puedo pensar, ni tener mis ideitas. Yo no puedo ser original, yo no puedo ser creativa, yo no puedo enfermarme ni sentirme mal. Yo no tengo necesidad de ir al cine con mi marido, ni a la pollera, ni a una fiesta... Una como que viene reservadita al mundo para ser una sirvienta. Primero de los hermanos y una piensa que casándose se le va a acabar el problema, pero no, ahora soy la sirvienta de mi marido de lo que soy tan sirvienta y madre como de mis hijos. Una es como una oficina de servicios múltiples, con la agencia de reclamos incorporadas: (IMITÁNDOLOS) “- Mi amor, ¿Qué me pongo hoy?-“ , “- Mamá la correa-“, “- Mira cómo me quedó el pantalón-“, “- ¿Por qué le echas tanta sal a la comida?-“, “-Yo terminé mi relación con mi novio por tu culpa-“, “- Esta comida ya no sabe a nada-“. Y no tienen las santas bolas de decirme: “¡ Ay, mamá la casa huele a pura mierda, que asco!” y a mí me dan ganas de ponerme a llorar como una imbécil por culpa de la mierda, y maldigo al Instituto de Obras Sanitarias ¡ y quisiera salir corriendo y no volver más nunca a esta pocilga que tengo por casa! (AL PÚBLICO) Señora, ¿usted a llorado alguna vez por la mierda de su casa?, ¡Yo sí! Porque la mierda está ahí y usted ve flotando los mojones, como burlándose de una, como diciéndonos “- Te ganamos, ahora soporta el martirio-“. Y una ve que ninguna de las cabezas que giran alrededor de la suya piensa en el potecito de agua para echarle a la poceta. (TEATRAL) y es allí donde usted, sin querer, siente el llanto... y es un llanto amargo, un llanto de arrechera, un llanto de impotencia, un llanto digno y heroico... Así es mi llanto por la mierda... ¡Un llanto de madre! (PAUSA / AVERGONZADA ANTE LA RELIDAD DE SU EXISTENCIA). Voy ... Voy a buscar el potecito de agua para echarle a la poceta.
SE ESCUCHA “RIEN DE RIEN” DE EDITH PIAF. ELVIRA VA AL BAR. SE SIRVE AGUA Y ALGUNAS GOTAS PARA CALMAR EL DOLOR DE LA CABEZA.
III
EL ESCANDALO
EN EL MISMO LUGAR. CASI AMANECE. SALA OSCURA SOLO ILUMINADA POR LA LUZ DEL EXTERIOR. EL MUEBLE GRANDE ESTÁ ARREGLADO COMO UNA CAMA. UN CUERPO TOTALMENTE COBIJADO DESCANSA. ELVIRA TERMINA DE SERVIRSE LAS GOTAS EN EL BAR PARA EL DOLOR DE CABEZA. MIENTRAS LAS TOMAS SALE DEL BAÑO JUNIOR. VIENE SONREÍDO CON UNA TOALLA AJUSTADA A LA CINTURA COMO ÚNICO VESTIDO. CUANDO SE VA A METER EN LA CAMA ELVIRA SE INDIGNA Y LO REPRENDE. VA A ENCENDER LA LUZ PERO NO LO HACE.
ELVIRA:
¡Junior!.
EL JOVEN SE SOBRESALTA. EVITA QUE SU PAREJA SE DESCUBRA Y LA OBLIGA A MANTENERSE INMÓVIL.
JUNIOR:
¡Mamá!.
ELVIRA:
¡Junior!... ¿Qué pasa?.
JUNIOR:
¿Qué pasa?. (!)
ELVIRA:
Eso: ¿Qué pasa?.
JUNIOR:
¿De qué?. (!)
ELVIRA:
¿De qué?. (!)
JUNIOR:
Estaba haciendo calor... estaba tomando un baño.
ELVIRA:
Ya veo... Ve a ver si respetas, que yo estoy aquí...Yo pensaba que Laura era diferente.
JUNIOR:
¿Laura?, ¿Diferente?.
ELVIRA:
¡Hazme la caridad! ¡No seas descarado!.
JUNIOR:
¿Pero por qué?.
ELVIRA:
¡Por nada! Me voy a acostar porque me duele la cabeza. ¡Hazme el favor, que cada quien esté dormido en su cama cuando me levante. ¡Buenas noches! (COMIENZA EL MUTIS)
JUNIOR:
Que descanses.
ELVIRA:
Voy a intentarlo. (A LA PERSONA BAJO LA SÁBANA). ¡Buenas noches, Laura! (MUTIS)
EL CUERPO BAJO LA SÁBANA HACE UN GESTO Y JUNIOR LE IMPIDE DESTAPARSE. LAURA SALE CON CAUTELA DEL BAÑO SECÁNDOSE LA CABEZA. ESTÁ EN BATA.
LAURA:
¿Qué pasó?... ¿Tú mamá?.
JUNIOR:
Nos encontró en la cama.
LAURA:
Menos mal que me quedé sacándome el enjuague...¿Te imaginas que nos hubiera conseguido a los tres?.
FRANCISCO SE DESARROPA. ESTA INDIGNADO.
FRANCISCO:
Me confundió contigo.
LAURA:
Me muero.
FRANCISCO:
Y yo casi me asfixio.
JUNIOR:
Cállate. (LE PIDE POR SEÑAS UN TRAGO A LAURA)
FRANCISCO:
¿Cuándo tengo que irme?.
JUNIOR:
¿Ya estás recogiendo las cosas?.
FRANCISCO:
Claro, me gusta estar preparado por si acaso. Nunca se sabe cuando lo echan a uno para la calle.
JUNIOR:
No te estoy echando.
FRANCISCO:
Pero no me dejas hablar.
JUNIOR:
Soy previsor.
FRANCISCO:
Previsor. Creyó que eras tú y no me deja hablar.
LAURA:
Nadie ha dicho que tenemos que irnos. (LE DA EL TRAGO AL JUNIOR)
JUNIOR:
A menos que quieras hacer un drama aquí mismo para que salga mi madre y se forme el escándalo.
FRANCISCO:
Yo me quiero ir.
JUNIOR:
Vete.
FRANCISCO:
No me gusta esto.
JUNIOR:
Vete.
FRANCISCO:
Yo no puedo vivir en estas circunstancias... Laura tampoco. Nos hace daño. No podemos vivir así.
JUNIOR:
¿Yo sí?.
FRANCISCO:
Al menos no pareces perturbado.
JUNIOR:
¿Qué sabes tú?.
LAURA:
No te precipites. A lo mejor se va la semana que viene... Elvira no puede estar mucho tiempo sin don Augusto.
FRANCISCO:
¿Y mientras tanto? ¿Camas separadas?.
JUNIOR:
Váyanse a dormir... Yo voy a ver cómo está. (VA A LA HABITACIÓN DE ELVIRA).
LAURA:
Yo también me voy, no se vaya a formar una aquí y yo esté presente.
LAURA SE DISPONE A HACER MUTIS. FRANCISCO SE PARA EN EL MUEBLE Y LE HABLA A LAURA COMO LO HARÍA EL ACTOR QUE INTERPRETA A ORESTES DE LAS MOSCAS DE J.P. SARTRE.
FRANCISCO:
¡Electra!.
LAURA LE SIGUE LA CORRIENTE Y SE COMPORTA COMO UNA ELECTRA. MIENTRAS EL JUEGO TEATRAL DE LAURA Y FRANCISCO VA ANDANDO ELVIRA SE NIEGA A HABLAR A JUNIOR.
LAURA: (ALZA LA CABEZA Y LO MIRA)
¡Ah! ¿Estás ahí...? (COMO LAURA) ¿Cómo era Orestes decía que se llamaba?.
FRANCISCO: (MOLESTO POR INTERRUPCIÓN)
Filebo.
LAURA:
Filebo; siempre se me olvida. (COMO ELECTRA) ¡Ah! ¿Estás ahí Filebo?
FRANCISCO:
No puedes seguir en esta ciudad, Electra. Estás en peligro.
LAURA:
¿En peligro? ¡Ah, es cierto! Ya viste cómo erré el golpe. Es un poco culpa tuya, ¿sabes? Pero no te lo reprocho.
FRANCISCO:
¿Pero que hice yo?.
LAURA:
Me has engañado. (BAJA HACIA ÉL) Déjame verte la cara. Sí, me apresaron tus ojos.
FRANCISCO:
El tiempo apremia, Electra. Escucha: Huiremos juntos. Alguien ha de conseguirme caballos, te llevaré en grupos.
LAURA:
No.
FRANCISCO:
¿No quieres huir conmigo?.
LAURA:
No quiero huir.
FRANCISCO:
Te llevaré a Corintos.
LAURA: (RIENDO)
¡Ah! Corintos... ¿Ves?, lo haces a propósito pero sigues engañándome. ¿Qué haré yo en Corintos? Tengo que ser razonable. Todavía ayer alentaba deseos tan modestos: cuando servía la mesa, con los párpados bajos, miraba entre las pestañas a la pareja real, ala linda vieja de cara muerta, y a él, gordo y pálido, con su boca floja y esa barba negra que le corre de una oreja a la otra como un regimiento de arañas, y soñaba ver algún día humo, un humito derecho, semejante al aliento de una mañana fría, subiendo de sus vientre abiertos. Es todo lo que pedía... (COMO LAURA) ¿Cómo era que se llamaba?.
FRANCISCO: (MOLESTO)
¡Filebo, coño!
LAURA: (RETOMANDO A ELECTRA)
Es todo lo que pedía Filebo, coño, te juro. No debo creerte.
FRANCISCO: (CORRIGIENDO)
No sé lo que quieres, pero no debo creerte.
LAURA: (DISCULPÁNDOSE)
Está bien.
FRANCISCO: (ADVIRTIÉNDOLE)
Sigue jodiendo.
LAURA: (RETOMANDO A ELECTRA)
...No sé lo que quieres, pero no debo creerte; no tienes ojos modestos ¿Sabes que pensaba antes de conocerte? Que el sabio no puede desear en la tierra nada más que devolver un día el mal que le han hecho.
FRANCISCO:
Electra, si me sigues verás que pueden desearse muchas otras cosas sin dejar de ser sabio.
LAURA:
No quiero seguir escuchándote: me has hecho mucho daño. Llegaste con tus ojos hambrientos en tu suave rostro de mujer y me hiciste olvidar tu rostro...
FRANCISCO: (CORRIGE)
... Mi odio.
LAURA:
... Mi odio; abrí las manos y dejé deslizar hasta mis pies mi único tesoro. Quise creer que podía curar a la gente de aquí con palabras. Ya vistes lo que ha sucedido: les gusta su mal, necesitan una llaga familiar que conservan cuidadosamente rescándole con las uñas sucias. Hay que curarlos por la violencia, pues no se puede vencer el mal sino con otro mal. Adiós, Filebo (COMO LAURA) ¡me acordé! (COMO ELECTRA)... Déjame con mis malos sueños.
FRANCISCO:
Te matarán.
LAURA: (COMO LAURA)
Me encanta esa frase.
FRANCISCO: (SIN PERDER LA TEATRALIDAD DE ORESTES)
¿Cuál?.
LAURA: (COMO LAURA)
Me encanta esa frase.
FRANCISCO: (SIN PERDER LA TEATRALIDAD DE ORESTES)
¿Cuál?.
LAURA: (COMO ELECTRA)
No se puede vencer el mal sin con otro mal. Laura hace mutis y Francisco se desmaya teatralmente. Junior sale del cuarto y Francisco asume la pose de la criada de Doña Ana de Pantoja del Don Juan Tenorio de Zorrilla.
FRANCISCO:
¿Qué queréis, buen caballero?.
JUNIOR:
Se dio la espalda y no quiso hablar conmigo.
FRANCISCO:
¿Qué queréis, vamos a ver? (LE TOMA LA MANO COMO PARA LEERLE EL FUTURO)
JUNIOR:
Quédate tranquilo. (LE QUITA LA MANO).
FRANCISCO:
¿A quién queréis ver a estas horas?.
JUNIOR:
A Laura.
FRANCISCO: (SALIÉNDOSE DEL PERSONAJE)
¿Y yo?.
JUNIOR:
También, tú lo sabes.
FRANCISCO:
Siempre es necesario estar claro en algunas cosas.
JUNIOR:
Yo la amo tanto.
FRANCISCO:
Edipo.
JUNIOR:
No lo creo.
FRANCISCO:
¿ Entonces, se queda?.
JUNIOR:
¿Quieres que conteste honestamente?.
FRANCISCO:
Se queda.
JUNIOR:
Tú no puedes imaginarte cuánto quisiera que se quedara.
FRANCISCO:
Nosotros somos tu familia.
JUNIOR:
Yo estoy hablando de raíces.
FRANCISCO:
Si se queda no vamos a poder vivir juntos.
JUNIOR:
Eres feliz conmigo.
FRANCISCO:
Me siento protegido, y a la vez protejo a Laura.
JUNIOR:
Cobarde.
FRANCISCO:
Laura lo llamaría comodidad.
JUNIOR:
Cómodo.
JUNIOR RECUERDA A FRANCISCO DICIENDO UN POEMA DESDE LA LUNA.
FRANCISCO:
Como Pierrot en las noches, así pensé morir... No podía matar a los condicionadores de mi vida, entonces planee mi muerte. Cosa inútil la muerte si de nada ha servido la vida, además soy un... cobarde. Sin querer pensé en ti Luna: alta; blanca; vestida de mujer; con morbosos rasgos de efebo y los labios rojos como la sangre. En ti Luna, que me hacías cadáver con el lácteo líquido con el que tantas veces había yo envenenado tus entrañas... Fingía ser como ellos pero estaba muerto... sólo quería renacer... No quiero estar...
JUNIOR VUELVE A LA REALIDAD Y LE PREGUNTA A FRANCISCO.
LAURA OBSERVA.
JUNIOR:
¿Te sientes muerto?.
FRANCISCO:
No; con ustedes no... pero no quiero sentirlo más...
JUNIOR:
Ve a buscar la bata y te la pones.
FRANCISCO:
No me molesta estar así.
JUNIOR:
Francisco.
FRANCISCO:
A ti tampoco te molesta... te gusta cuerpo... lo sé.
FRANCISCO TRATA DE BESAR A JUNIOR PERO ÉSTE LO ESQUIVA Y LE DICE QUE NO CON LA CABEZA
FRANCISCO:
¿Cuándo entonces?.
JUNIOR:
Después.
FRANCISCO:
Con Laura sí.
JUNIOR:
No; con Laura tampoco... ¿Por qué no duermes con ella?.
FRANCISCO:
¿Y tú?.
JUNIOR:
Yo no puedo dormir en tu cuarto... si quieres...
FRANCISCO:
Conmigo.
JUNIOR:
No; solo.
FRANCISCO:
Y si no quiero.
JUNIOR:
Me quedo durmiendo aquí mientras tú duermes plácidamente en tu cama.
FRANCISCO Y LAURA CAMBIAN DE LUGAR EL MUEBLE. FRANCISCO SE SIENTA Y SE ARRECUESTA DE LAURA QUIÉN ESTA DE PIE JUNTO A ÉL
FRANCISCO:
Junior.
JUNIOR:
¿Umjú?.
FRANCISCO:
¿No somos tu familia?.
JUNIOR:
Umjú.
FRANCISCO:
¿No, verdad?.
JUNIOR:
Sí, pero ellos también son familia mía.
FRANCISCO:
¿No te sientes bien con nosotros?.
JUNIOR:
¿Cómo quieres que te lo diga?.
FRANCISCO SE ABRE LA SÁBANA PARA DESCUBRIR SU CUERPO Y LE ABRE LA BATA A LAURA, LE TOMA UNA MANO A JUNIOR Y LA OTRA ACARICIA A FRANCISCO. JUNIOR LOS TOCA A LOS DOS. ELVIRA APARECE. ESTÁ ATORMENTADA Y VA A LA MESITA PARA VER EL PORTARRETRATO Y DESCUBRE LA ESCENA.
FRANCISCO:
Tú sabes cómo.
ELVIRA: (ATURDIDA MUSITA)
Junior.
QUEDAN CONGELADOS.
OSCURO.
IV
EL FINAL
JUNIOR QUEDA ILUMINADO. SUELTA LA TENSIÓN. LOS OTROS QUEDAN CONGELADOS.
JUNIOR:
Está bien. Hasta aquí. (AL PÚBLICO) A mí también me gusta eso de hacer confesiones, sobre todo cuando son mentiras, inventos, especulaciones, quizás para llamar la atención, lo admito, para hacerme el interesante y convencer de la importancia que tengo en la historia de la humanidad, en el juego social, en la expresión artística de mí época, y sobre todo, para que me quieran mucho. Soy un descarado, pero me gusta serlo, aunque generalmente aparento ser un tímido muchacho de escasas posibilidades. Me encanta el Romanticismo. Son confesiones que tienen una justificación: siempre he sentido una gran ausencia de amor alrededor de mí; pienso que si son complacidos me querrán y si no llegarán a odiarme o me olvidarán. Cuando me siento querido puedo soportar grandes períodos de soledades y puedo dedicarme a escribir, a leer, ocioso a planear mi próxima puesta y a pensar a quien me gustaría subir en mis proyectos. Cuando no, tengo que salir a la calle para ver gente; uno o dos que me gusten y busco mecanismos para que se me entreguen... poseerlos para que me quieran porque les he confesado algo que desconocían o que nadie nunca antes se había atrevido a confesarles... Sólo cuando fracaso entro en cólera, busco culpables y descargo toda mi amargura con el seleccionado... De resto sigo pensando mentiras para confesar. Me abstraigo, me despierto y me revuelco conmigo mismo. (SUBE LA LUZ) Laura y Francisco... Bueno, realmente no se llaman Laura ni Francisco. Los nombres fueron cambiados para “salvaguardar” la vida e identidad de los originales (RÍE) Ilusos. No; no están más conmigo. Los dirigí. O sea: Laura fue la primera en irse. Volvió a su casita con su mamá y su perra, Al fin y al cabo, ninguna de las dos podría darse cuenta de la verdadera relación que vivía su hija y su ama conmigo. (FRANCISCO CARRASPEA SIN MOVERSE) Con nosotros. No soportó la idea de que su rival fuera un... Francisco. Ella me lo trajo y me lo dejó. Yo me adecué a él. Era muy cómodo: suplía mis necesidades. Las necesidades de un soltero sin necesidad de matrimonio y no había peligro de embarazo. Al principio me era desagradable e incómoda su manera de ser un poco excesiva. Lo mismo sucedía a Laura, pero después de todo era un juego y a mí los premios me agradan. Ella no lo soportó. Un amigo común, un cabrón, le consiguió pareja y dejó una de las puntas del triángulo vacía por un imbécil con el quizás se case como la señorita decente que hay en lo más recóndito de su intimidad. Con Francisco, por comodidad, el cuento fue un poco más largo. El mundo entero sabe que me cansé de pedirle que se fuera pero el muy sinvergüenza no se iba... Una vez, me fui durante vacaciones a visitar a mi familia al pueblo y cuando regresé había rebajado como diez kilos y una vecina me dijo que lo había escuchado llorando toda la noche hasta que llegué, pero no se fue... Lo dejé que creyera entonces que se apoderaba de mí. Hice que se me entregara de todas las maneras imaginables y de vez en cuando rellenábamos el lugar de Laura con algún invitado. Un día le pedí que no se excitara y... Bueno, eso no importa... Le escribí un texto sobre su vida, relacionada con un personaje que, yo pensé, debió escribir Luigi Pirandello para finalizar “Los Gigantes de la Montaña”. Le obligué a mostrarlo. El resultado fue el que yo esperaba: el saber que le gustaba a la gente le gusto. Luego se lo puse en bandeja de plata a una señora joven, necesitada de amor y con excelentes influencias. Ella lo ayudo. Y hoy “mon petit belle visage”, es un actorcito de segunda con pretensiones de galán... de primera figura... Si se mueve un poco mejor tal vez lo consiga... Tuve que echarlo por que las necesidades de su ego castrado me estaban llevando a estados de neurosis críticas. (LAURA Y FRANCISCO ENTRAN EN SUS CUARTOS Y TIRAN LAS PUERTAS). Todavía tengo malos pensamientos cuando los recuerdo... Por su puesto que sólo en ficción mi madre presenció este asunto. En la realidad empírica la información de estos se manejó de otra manera. Lo cierto fue que mientras mi madre amenazaba aquí con dejar a papá, él ya la había convertido en otra víctima de la bigamia y el adulterio con una tipa veinte años menor que ella, que aceleró el divorcio todo lo que pudo para disfrutar del beneficio económico que brindaba un viejo con un buen sueldo. Esas cosas pasan. (ELVIRA ENTRA EN SU CUARTO Y TIRA LA PUERTA). Como el teatro habla de la vida, yo preferí hablar de un trozo de la mía que es la que más conozco. Sobre todo sabiendo que a este lugar vendrían pocas personas a escuchar mi confesión y podría sentirme en intimida. Ustedes guardarán mi secreto y seremos amigos. Los quiero. Buenas noches.
CIERRA LA PUERTA.
OSCURO
FIN
jueves, 1 de enero de 2009
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